Más bien es...
En un iluminado despacho de Wisconsin, el consejo de dirección de una cutre-cadena por cable se reúne para diseñar su próximo éxito.
Jeff: Pues después de hacer chorrocientos programas sobre curros donde se destroza la naturaleza a lo bestia (leñadores que desbrozan montañas enteras, mineros que arrasan Alaska, cazadores de caimanes...) deberíamos buscar un oficio inusual que esté situado en el mismo plató.
Tom: Sí, algo que parezca peligroso y salvaje
Eustaquio: Eso es, como los cajunes esos de los cocodrilos, pero fuera del agua. ¿Qué otras cosas suelen hacer esos garrulos?
Jeff: No hacen nada, cazan cocodrilos y jabalíes y están todo el día tirados en sus chamizos haciendo barbacoas y poniéndose hasta el culo con licor casero.
Eustaquio: ¡Ya lo tengo, eso es! ¡Hagamos un programa sobre ese matarratas que hacen algunos aldeanos!
Tom: Cojonudo, eso es barato, solo hace falta buscar cuatro claros en el bosque, montar decorados con cuatro palets y contratar a unos actores aficionados que no hayan rodado nada para hacer de red necks. Preparamos un guión, rodamos 50 episodios con el mismo argumento una y otra vez y listo.
Jeff: ¡Hagámoslo! Tom, tienes vía libre, saca 200.000 dólares de los fondos y organiza todo. Quiero tener grabadas las dos primeras temporadas para dentro de seis meses.
Tom: ¡Hecho, jefe!