Si yo te dijera
que ya no soy llanto,
que no hay blues
sobre la colcha,
que no me abanico
con tus revistas...
Si yo te dijera que no
hay manchas de soledad
en tu sillón, que ya no
voy descalzo, que me afeito
todos los días...
si yo te dijera...
Si te contase, con
lágrimas en los ojos,
que no me dejo
la tapa levantada,
que adelgacé tres kilos,
que ya no se queda
la puerta del baño atascada...
Si te dijera que llego
antes del trabajo,
que ya no hay tragos
ni culitos de ron en el
armario...
Si te dijera todo eso,
dime, ¿volverías?
Porque vive Dios...
es lo único que me queda...