C0n sus tres centenares y medio de habitantes censados y sus varios miles sin censar,
Nimbin es uno de los pueblos más peculiares de Australia. Se encuentra a unos doscientos kilómetros al Sur de Brisbane, y a unos 800 al Norte de Sídney. Los medios de comunicación lo denominan “la capital australiana de las drogas”, lo que quizás es algo exagerado, pero certero. Nimbin es el último pueblo hippie, un lugar donde el cannabis es totalmente tolerado, como en algunos bares de Amsterdam y en la Universidad Complutense de Madrid. En primavera y verano forma parte de los circuitos turísticos y recibe un gran número de visitantes y mochileros, porque Nimbin no es sólo marihuana en dosis masivas: la gente, un tanto peculiar, y la arquitectura del lugar, otro tanto, hacen que apetezca darse un paseo por el pueblo.
La calle principal de Nimbin (© Mathieu)Durante la primera mitad del siglo XX Nimbin vivió de la industria láctea establecida en la localidad y del cultivo de plátanos. A principios de los sesenta la recesión económica provocó la quiebra de la mayor parte de la industria, y la economía local fue languideciendo lenta pero inexorablemente hasta 1973, cuando se celebró en el pueblo el
Festival Aquarius, una de esas romerías contraculturales que abundaron en los sesenta y los primeros setenta. El festival promovía la contracultura, los modos de vida sostenibles y el librepensamiento, y atrajo a miles de personas de todo el país. Ese festival se considera el
Woodstock australiano, y el nacimiento del Movimiento
Hippie en Australia. Muchos de los
Aquarians se quedaron en el pueblo o formaron comunas en sus alrededores, y en los siguientes diez años un constante goteo de urbanitas deseosos de huir de la civilización fueron engrosando cada vez más las filas del pueblo.

El Hippie-Bus de Nimbin
Nimbin es un pueblo donde el concepto de normalidad ha sido transformado por completo. Allí llama la atención ir vestido de calle, llevar el pelo corto o
no llevar un porro colgando de los labios. Lo normal es ser hippie. El cannabis se compra y se vende con total naturalidad y, sobre todo, se fuma como si fuera lo más normal del mundo. En el cine local en vez de butacas hay hamacas donde, desde una posición casi horizontal y con un buen canuto entre los dedos, uno puede disfrutar de cualquier película, por mala que sea. Hay hippies de mediana edad, hippies adolescentes, hippies más bien viejos, y niños hippies. Familias hippies con sus perros hippies y sus furgonetas hippies.
Las relaciones con la autoridad, como no puede ser de otro modo en un lugar donde la ley y la moral vigentes se ponen en cuestión a cada instante, son más bien tensas. Los fumetas de Nimbin no hacen daño a nadie salvo, en todo caso, a sí mismos, pero
periódicamente se producen redadas en busca de lo que todo el mundo sabe que hay en Nimbin en dosis masivas: marihuana. En 1993, después de una de esas redadas, unos agentes de policía fuera de servicio fueron descubiertos comprando cannabis, lo que provocó una ola de indignación que acabaría con la comisaría de policía local siendo asediada bajo una lluvia de huevos. La proverbial no violencia hippie llevó a algunos habitantes locales a repudiar esa protesta, y a organizar otro tipo de manifestación en la que pudieran sentirse cómodos:
El MardiGrass.
La entrada del Nimbin Museum
Ganador de la especialidad en canuto artístico en 1999
Desde 1993 cada mes de mayo se celebra el carnaval porreta, y la idea es seguir celebrándolo hasta que las leyes de Nueva Gales del Sur legalicen el cultivo y la compraventa de marihuana. A la vez que el festival se celebran las “Olimpiadax del Cáñamo”
(Hemp Olympix). En estas olimpiadas los participantes compiten en disciplinas como “Liado rápido de canutos”, “Liado a ciegas”, “Porro artístico” o “Lanzamiento de pipa”.
Las normas de, por ejemplo, el liado rápido, indican que el leño en cuestión ha de ser un tres papeles con filtro. Como se ve, toda una especialidad deportiva. Como en toda Olimpiada que se precie, hay controles de dopaje, con la salvedad de que aquí no son para evitarlo, sino para garantizarlo. El que no fuma, no compite. No porro, no party. Australia es así.
Sobre estas líneas, manifestantes en el MardiGrass de 2008 (fuente). Debajo, el cartel del festival de 2009.
Como suele suceder, Nimbin también tiene su lado oscuro, y es la heroína. En un ambiente de tolerancia altísima con las drogas era cuestión de tiempo que aparecieran otras drogas menos benignas, y sus consumidores. A principios de los años ochenta comenzaron a llegar heroinómanos buscando un lugar donde la droga fuera más fácil de conseguir, lo que derivó en un aumento de la inseguridad y en una “pérdida de la inocencia” de los primeros hippies que llegaron al lugar, que acabaron mudándose a otras comunidades cercanas donde el impacto de la heroína fuera menor.
Arriba, una escena del MardiGrass de 2008
A día de hoy, Nimbin permanece como un lugar único en Australia y probablemente en el mundo. Un experimento social de tolerancia con las drogas y libertarianismo con todas sus consecuencias, buenas y malas. Un sitio por el que, si estás cerca (pongamos en el mismo continente) merece la pena pasarse.
http://fronterasblog.wordpress.com/2011 ... lo-hippie/