Ciudadanos, os invoco.Me muevo cada vez más asqueado por un mundo repleto de ideologías, nacionalismos, religiones…y yo que prefiero el tabaco y el alcohol, las charlas honestas sobre nada, escuchando y opinando, con respeto, sabiendo que no vamos a arreglar el mundo pero que hacemos todo lo posible para no joderlo más y, cuando es posible, mejorarlo un poquito. Sólo soy doctrinario acerca del noble arte de liar en papel Ocb. El conocimiento acerca de todo lo demás lo enfoco como si fuese un niño pequeño: sin saber nada, partiendo de cero, escuchando todas las versiones y, ventajas de no ser ya tan crío, quedándome con la mía propia (que evidentemente no es estática, puede cambiar).
Sé lo que no quiero y no sé lo que quiero. La gente dice que con esa mentalidad no puedes construir nada pero esa gente está equivocada, afirmo. Están equivocadísimos. Sólo quitándonos de encima toda la mierda que no queremos, podremos, quizás, llegar a tener una idea remota de lo que si queremos.
Ya lo decía Salinas:
“ (…)
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
(…)
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo
te diré:
(…)”
Para vivir no quiero, Pedro Salinas.
Salinas hablaba de amor, yo hablo de revolución fruto de la indignación. De quitarnos las máscaras para vernos las caras y poder hablar libremente, tarea ardua, por otro lado.
Sigo limpiándome manchas de viejos prejuicios, de antiguas ideas y teorías aceptadísimas por mi cerebro que ahora tienen que ser borradas. El formateo es lento pero constante, no sé cuando lo concluiré, de hecho no sé si llegaré algún día a finalizar dicha tarea pero resulta apasionante el camino para conseguirlo. Un acto de limpieza mental que abarca todo, por borrar deberíamos borrar hasta nuestro nombre.
Es un camino marcado por la incomprensión de la mayoría hacia uno mismo, que inmediatamente pasa a formar parte de una minoría muy especial, una minoría ácrata que va creciendo en todas las partes del mundo y que se reconoce tan sólo con cruzar unas pocas palabras entre sí. Minoría ácrata que representa un peligro más que evidente para la casta dominante; marxistas, socialistas, fascistas…todos son la misma mierda con diferente base ideológica, juegan al mismo juego con fichas de diferentes colores. Yo no juego porque no me gusta, me aburre jugar con unas reglas que no he puesto y que son injustas, aparte de que pueden ser cambiadas por “voluntad popular”, es decir, por la voluntad de quien maneja al populacho, por la voluntad de la casta que tan bien atado tienen al rebaño.
Cuando escucho la palabra democracia siento pena, tristeza y rencor. Los dos primeros sentimientos por toda la gente que sigue creyendo en la misma sin ni siquiera plantearse si es verdadera o no, nunca nos darán una libertad que no pidamos, en todo caso nos quitarán la que no defendamos. Rencor hacia esa casta política, vasallos del poder económico, que miente y manipula por norma en pro de mantener y aumentar su status quo.
¿Qué pasará si la población ácrata va en aumento? ¿Qué pasará si nos damos cuenta de que la deuda soberana es ilegal e inasumible? ¿Pagaremos? ¿Qué pasará cuando veamos que España está más muerta que Isabel la Católica? ¿Lucharemos? ¿Seremos inteligentes y haremos la revolución a la Islandesa?(
http://teatrevesadespertar.wordpress.co ... -ejemplar/) ¿O tendremos que emigrar a dicho país?
Siento asco hacia los jóvenes que ingresan en las juventudes de cualquier partido, especialmente de la partitocracia PPSOE, aunque ciertamente los independentistas catalanes o vascos me generan también sentimientos negativos, quizás pena, más que asco, lo defina mejor. ¿Para qué cambiar de amo pudiendo luchar para quitarte las cadenas? ¿Por qué elegir entre un negrero y otro si puedes eliminarlos a ambos? La revolución sólo se hará a nivel global, de ahí la soledad y el vacío que está sufriendo la tierra del fuego (claro camino a seguir), un hermetismo informativo que hace palidecer el concepto de libertad de prensa y nos sitúa en la consabida tesitura de la “autocensura” o censura por omisión. Los massmedia están haciendo un gran trabajo de manipulación basado en la desinformación, algo verdaderamente meritorio. Si no fuese por internet y la libertad con la que hasta hoy (porque ahora no se sabe qué pasará mañana) nos hemos estado moviendo, nadie tendría idea de nada, actualmente algunos tienen algunas ideas de algo. De un modo muy difuso pero realmente considero que está cogiendo forma un movimiento real en contra del sistema, en sí. No antisistema, sería antiÉsteSistema. Los ácratas no rechazan la autoridad (esa exquisitez es propia del anarquismo más genuino), simplemente repudian la autoridad impuesta ilegítimamente basada en la coerción. Repudian una partitocracia que va al regazo de las familias que (des)gobiernan el chiringuito, de los bancos y de los designios de las grandes potencias. Repudian a los que rechazan la democracia de listas abiertas y circunscripción única, a los que rechazan la división de poderes fomentando una mafia que sólo entiende la participación política como pertenencia obediente y sumisa a un partido, acatando las directrices del mismo y dejando el concepto de representación en la cuneta, junto a tantos otros españoles, del pasado y del presente.
Sin una estructura económica definida tras la más que previsible caída de la burbuja inmobiliaria (
http://www.acratas.net/2008/02/la-guada ... ilada.html), frenando cada vez más a una insolidaria Europa (Alemania y Francia, especialmente) que sólo quiere de nosotros recuperar lo que una vez nos prestó, nada más; sin soberanía monetaria (soñando con tener poderes mágicos para devaluar), con una sociedad subvencionada y que ve como se le corta el grifo o, en su defecto, por éste sólo sale barro, cuando antes fluía el agua cristalina en formas de ayudas de la UE, de crédito fácil y barato, de trabajo abundante y “bien remunerado” (pese a la absoluta falta de formación de muchos); en este contexto España se ve en la tesitura de “imponer dolorosos ajustes” (en Hungría están impuestísimos vía tutela del FMI y os puedo asegurar que aquí la vida, para la gente “normal”, es durísima, all is money) o “imponer dolorosos ajustes”, esas son las dos magníficas opciones que plantean nuestras élites.
¿Hasta cuándo pensaban nuestros políticos que iban a estar los ahorradores alemanes subvencionándole el Audi a los niñatos de la chana?
El problema no es el Psoe, ni el PP, ni los nacionalistas periféricos, ni el Rey, ni la constitución ilegítima (tan elástica como una gimnasta adolescente), ni la oligarquía de las 20 familias que nos gobiernan, ni los medios de masas los cuáles son unos auténticos falseadores de la realidad social…Estos son problemas menores. El problema fundamental de España y que de ser corregido podría arreglar los anteriores, es la completa ausencia de sociedad civil y de ciudadanos. Los pocos que hay están fuera de la televisión o de los medios, por que espero que nadie piense que personajes como Belén Esteban son ciudadanos. Diría que son anticiudadanos, muestran todo lo que me repugna de tanta gente que por desgracia dice ser mi compatriota: ignorancia, soberbia, mediocridad, ausencia de reflexión, vagancia…esa gente que siempre tendrá una opinión y esa opinión será la verdad. Cuando es sabido que la verdad no existe, se construye por consenso social, porque hay una verdad dentro de cada uno, que se convierte en verdad social cuando hay datos objetivos que muestren que es válida, aunque también es sabido que la historia se reescribe por ganadores y éstos imponen su verdad, ¿cuál será más real, la de una pequeña élite económico/política o la de una masa de ciudadanos libres? Puestos a mojarse, yo meto los tobillos en la playa diciendo que quizás la segunda verdad podría tener más opciones de llegar a ser la más fidedigna con lo acontecido.
Pero sin ciudadanos, todo está perdido. Da igual que se boicotee a PPSOE por el descontento con la ley sinde(
http://www.gurusblog.com/archives/el-mo ... 9/02/2011/) o que el paro y el hambre generen revueltas. Nada cambiará si no cambian las mentes. Decía Michael Onfray: “Revolución como resultado de múltiples microrrevoluciones individuales”. ¿Estamos en camino de la revolución o, como me temo, vamos hacia una tremenda involución social? El fútbol (publicidad), los programas del corazón (publicidad), las telenovelas (publicidad), las mismas noticias…crean una visión de la vida tan triste y pobre, tan vacía de cualquier contenido intelectual que me apena y asusta profundamente. Las conciencias críticas se dejan al hedonismo ante la falta de comprensión mientras ven cómo la gente sigue enfrascada en la dialéctica que nos imponen con una agenda exquisita: negociación o no con eta, fumar o no en espacios públicos…incluso la ruptura de España, si es necesario.
Hay varias generaciones estáticas frente al televisor (o el ordenador –con las cosas buenas y malas que puede tener-), los videojuegos y mil pasatiempos más que, siendo unos más respetables que otros, lo único que hacen es consumir la energía que deberíamos estar empleando en cambiar nuestra mente, en cambiar la mente de nuestro entorno y, si muchas microrrevoluciones se unen (porque no olvidemos que “All is connected”), en cambiar definitivamente este sistema de servilismo, neoesclavismo en el caso español, gracias a nuestra durísima ley hipotecaria, intocable para el PPSOE (
http://www.tribunadeeuropa.com/?p=6175) (
http://tushipotecas.com/noticias/salgad ... n31981.htm) (
http://www.eleconomista.es/empresas-fin ... oteca.html).
Repito, sé lo que no quiero y lo que no quiero es que la situación de España -a todos los niveles- siga como está. ¿Qué quiero? Echar a toda la gentuza de las poltronas (del Rey a Conde Pumpido, pasando por todos los políticos que hayan pertenecido a algún partido, amén de banqueros y demás morralla), desmontar las instituciones y las estructuras del Estado y, creando un proceso constituyente, escuchar a los ciudadanos. Escucharlos y que se haga su voluntad, así en la tierra como en el ghetto.
Una revolución sin ideologías y a poder ser sin líderes, pacífica, llevada a cabo por ciudadanos que no están dispuestos a soportar más esta situación de expolio y represión, de ausencia de soberanía nacional, de humillación como seres humanos.
¿Lo conseguiremos? Evidentemente no somos Islandeses y de hecho el garrulismo patrio es más que notable por lo que no lo sé. Quizás, ¿quién sabe? Yo lo dudo profundamente, por eso me he comprado unas maletas grandes, para llevarme mis miserias a otro lado cuando vea que todo está perdido. Y en ese momento los culpables no serán los partitócratas, ni nuestro campechano monarca, ni mi tocayo Botín. Lo culpables seremos NOSOTROS, los que pudimos ser ciudadanos, los que aún podemos ser ciudadanos, y sin embargo mostramos impasibles nuestros bolsillos vacíos buscando unas monedas para pagar el nuevo impuesto, porque, al fin y al cabo, tenemos una deuda con ellos.
Ojalá algún día se la paguemos bien pagada, una legión de ciudadanos honestos e instruidos sabrán pagar lo que deben, lo que la casta parasitaria se ha ganado, la cárcel.
Por mi parte y para que no me digan que no intento construir, diré que lo que plantea Trevijano (
http://diariorc.com/), no me incomoda.
P.d. ¿Hay
ciudadanos en EOL?