CIUDAD JUAREZ, México - Sicarios mataron a una mujer que desde hacía tres días se encontraba frente a oficinas del gobierno reclamando justicia para su hija asesinada, informaron las autoridades.
Varios hombres enmascarados que llegaron en un auto le dispararon a Marisela Escobedo Ortiz en la cabeza frente a la gobernación de Chihuahua, capital del estado norteño del mismo nombre, dijo Jorge González, procurador especial para la prevención del delito.
Escenas tomadas por las cámaras de seguridad muestran a los sicarios cuando descendieron del auto y se enfrentaron a gritos con el hermano de Escobedo, Carlos González, dijo un vocero de la procuraduría a la televisora Milenio. Escobedo huyó hacia el edificio de la gobernación, pero uno de los sicarios la persiguió y le disparó.
Principal sospechoso pudo cometer el crimen
Los pistoleros huyeron, pero según Carlos González, los investigadores creen que los apresarán rápidamente. Se sospecha que uno de ellos es Sergio Barraza, que había sido principal sospechoso del asesinato de la hija de 17 años de Escobedo pero fue absuelto por falta de pruebas.
Una ambulancia recogió a Escobedo con vida, pero la mujer murió en el hospital a poco de llegar.
Escobedo reclamaba justicia para su hija, Rubi Frayre Escobedo, cuyo cuerpo quemado y mutilado apareció en agosto de 2008 en Ciudad Juárez, una ciudad violenta al otro lado de la frontera de El Paso, Texas.
Realizó varias manifestaciones y en una ocasión apareció sin ropa, envuelta en una bandera con la foto de su hija.
Presunto asesino fue declarado inocente
Hace tres días, Escobedo se plantó frente a las oficinas del gobernador César Duarte y juró no abandonar el lugar hasta que los investigadores demostraran que había avances en el caso. En una entrevista con el periódico El Diario, el domingo pasado, Escobedo dijo que había recibido amenazas de muerte de la familia Barraza.
La policía nunca pudo descubrir el motivo del asesinato de la niña.
Los fiscales dijeron que Barraza, quien vivía con ella y era su novio, confesó haberla matado y llevó a la policía al lugar donde se encontraba el cuerpo. Pero en el juicio se declaró inocente y alegó que lo habían torturado para que confesara. Un juez falló en abril que no había pruebas materiales en su contra.
Ante el crimen de Marisela Escobedo, el gobernador César Duarte Jáquez pedirá el desafuero de los jueces que otorgaron la libertad al presunto homicida de Rubí Marisol Frayre Escobedo, Sergio Rafael Barraza Bocanegra, para que sean sometidos a una ardua investigación.
Falta de autoridades
El caso es un ejemplo de los problemas del sistema judicial en el estado de Chihuahua, uno de los primeros en México que adoptan los juicios orales en lugar del sistema de interrogatorios a puerta cerrada y presentación de documentos interminables que constituyen la mayoría de los juicios mexicanos.
A pesar de haber recibido entrenamiento en los nuevos procesos, la policía y los fiscales de Chihuahua han tenido dificultades para adaptarse a un sistema que impone la carga de las pruebas a los fiscales.
Muchos casos de homicidios han sido desechados por falta de pruebas o nunca llegan a juicio. A menudo, la policía se basa exclusivamente en confesiones, que los sospechosos alegan más tarde que fueron hechas bajo coacción. Los sospechosos recién capturados en gran parte de México aparecen ante la prensa con rostros magullados.
Documentos obtenidos muestran que el año pasado, cuando 2,600 personas fueron asesinadas en Ciudad Juárez, los fiscales presentaron 93 casos de homicidios pero sólo obtuvieron 19 condenas.
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