A mi tía le pasó. Estuvo diez años con problemas de estómago, entre dolores, úlceras y demás cosas divertidísimas, yendo de médico en médico sin que le dieran una solución. Que si eso son los los nervios, que si comes muy deprisa, que si haz esta dieta más suave. Y nada, durante un tiempo mejoraban los síntomas pero siempre volvía a tener los mismos problemas. Hasta que un día, harta ya de no encontrar la solución, se fue a una clínica privada y pagó sus machacantes igual que se los paga el rey

. Le hicieron unas pruebas, le dijeron que todo eso se lo estaba causando una bacteria, se tomó lo que me recetaron y ahora ya ni se acuerda de la bacteria de las narices.
Moraleja gratis: la diferencia no estaba en que la clínica fuera privada o de la Seguridad Social, sino en el médico. Si un médico no está al tanto de los nuevos avances y se sigue basando en lo que estudió hace veinte o treinta años en la Universidad, mal vamos.