Es la primera vez que escribo algo así, no creo decir nada nuevo pero me apetecía compartirlo, estoy interesado en las opiniones de los pensadores del foro

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Reflexiones sobre una década[LEFT]Ayer estaba en clase y me di cuenta de que estamos ante el final de una década y yo, que siempre me he considerado un abanderado del escepticismo y la neutralidad, me propuse analizar los últimos 10 años del mundo que me protege y me hiere, me entristece y me enorgullece, me libera y me cohíbe, me es extraño y familiar, me dibuja una sonrisa una mañana y me la arranca de cuajo con una tarde de soledad e incertidumbre.
Escepticismo y neutralidad porqué forman parte de mi carácter y porqué en mi paleta de colores negro y blanco conviven fusionados.
El 11 de septiembre de 2001, volví a casa del colegio y vi cómo el segundo avión impactaba contra la segunda torre. Siempre tendré aquella mañana grabada en mi memoria, desde que me bajé del autobús del colegio y mi amigo David me gritaba desde su casa que había estallado la 3ª guerra mundial, el paseo desde la parada a casa fue lento y angustioso y la reacción de mis padres a la noticia fue de todo menos tranquilizadora.
La 3ª guerra mundial nunca comenzó, la angustia y ansiedad volvieron a los niveles habituales pero algo había cambiado. Occidente declaró la guerra a oriente y la relación causa=efecto es ahora más clara que nunca. Unos años más tarde me enteré de que un 3er edificio se derrumbó aquel día y la relación causa efecto se enturbia, otro elemento parece querer entrar en la ecuación. Luego a uno le pica la curiosidad, lee más sobre el tema y un tercer elemento se asienta en la fórmula, dejándola de la siguiente forma: Intereses+Causa=Efecto.
Podría escribir largo y tendido sobre el tema pero sería contraproducente ya que desde la neutralidad, tan sólo plantear el problema me produce escalofríos de ingenuidad e inseguridad. Quizás en otro momento…
10 años más tarde siguen muriendo soldados y civiles en Afganistán e Iraq, intentamos evangelizar estos territorios pero no parece que avancemos y no será por falta de tiempo y recursos ¡algo no parece funcionar!
Queremos que nuestros vecinos del este tengan la oportunidad de vivir en paz, armonía y felicidad. La cultura occidental es tolerante, bondadosa y altruista pero tenemos serias dificultades para asentar los cimientos de la felicidad en el crudo y vasto Oriente Medio.
Cualquier afgano debería tener la libertad para comer en McDonalds, Burker King o KFC, la opción de comprar el último monovolumen, deportivos o moto, que tengan la opción de elegir entre una TV HD 1080p o 720p , que puedan tener un hogar y su correspondiente hipoteca sujeta a interés variable durante los próximos 50 años.
Queremos instaurar un sistema que les conceda la libertad para elegir entre demócratas o republicanos, socialistas o liberales, conservadores o liberal-demócratas, separatistas o nacionalistas, social-demócratas o neo-conservadores… no sé si me estoy repitiendo pero tampoco importa, lo verdaderamente relevante es que nadie les quite el derecho al consumismo y la felicidad.
Y todo esto lo hacemos por ellos, porque somos los templarios occidentales y las cruzadas del siglo XXI exportarán nuestra felicidad y progreso al resto del mundo. La felicidad es nuestra oferta y lo único que pedimos a cambio es que usted sea egoísta y produzca un beneficio. Aquella entidad que produzca una plusvalía es buena y en consecuencia prevalecerá pero quien no busque y produzca plusvalía desaparecerá y será desterrado por las raíces de nuestra sociedad.
Después de ésta dosis de cinismo quiero dejar claro que no soy ningún “infiel”, soy un creyente exacerbado y confío en que el sistema cuidará de mí. No soy ningún utópico, no tengo una alternativa y no creo poder cambiar nada.
Sin embargo, hay una parte de mí que acepta la neutralidad y el escepticismo con cierta resignación y desamparo. ¿Es de verdad todo neutro? ¿De verdad no hay nada y simplemente soy yo quién camufla lo que me rodea bajo un manto de sentimientos?
Aunque así fuese, me considero afortunado de poder plantearme éstas cuestiones y de haber nacido en la parte cuerda de éste mundo bipolar. ¿Progresa adecuadamente el paciente o la esquizofrenia ha llegado a unos niveles de aislamiento clínico?
Los síntomas son preocupantes; la riqueza está más concentrada, muere más gente de hambre y enfermedades, las desigualdades se acentúan pero nadie hace nada; todos están fumados, embobados, borrachos o colocados, escondiendo sus miserias y envidias detrás del bendito materialismo.
Intento agarrarme a aquellas cosas buenas y hermosas del mundo, que hacen que mi vida merezca la pena pero no puedo evitar pensar en todo el mal irracional que me rodea. El negro en mi me dice que somos lobos los unos para los otros y que hemos sido abandonados junto a nuestros instintos en un lugar que no nos comprende y nunca lo hará, el blanco en mí se enfurece ante la visión negra y defiende la existencia de un movimiento que, a través del aprendizaje y el bien consigue que aquellos momentos que merecen la pena se den más a menudo.
Termino como comencé, con una referencia al final de las dos torres (o eran 3, ya no me acuerdo). Frodo Y Sam conversan tras la batalla de Rohan; sus rostros muestran la destrucción y el dolor que acaban de testimoniar. Frodo se derrumba contra las ruinas de un edificio y por un momento piensa que no puede seguir adelante.
Sam mira a Frodo y le habla de los momentos en los que la oscuridad desaparece, el sol brilla más que nunca y sientes cómo la esperanza te impulsa hacia el futuro. Sus ojos brillan y las lágrimas resbalan por su rostro.
Frodo le mira y le pregunta- ¿Dónde está la esperanza Sam?
Sam le da la mano, le ayuda a incorporarse y le mira a los ojos. –En el bien que hay en el mundo, es lo único por lo que merece la pena luchar.
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Un saludo.