El ‘pirata’ informático detenido asegura que “unas míseras ganancias” no compensan el calvario judicial
El joven de 19 años que fue detenido el pasado 2 de diciembre por un presunto delito contra la propiedad intelectual en Internet identificado como I.A.A. ha resultado ser un conocido internauta que, bajo el alias de Triplorita, frecuentaba distintas páginas y foros de descargas en la red. El imputado ha utilizado estos mismos foros para explicar los detalles de su detención que, según la policía, llevaba meses fraguándose. En sus explicaciones Triplorita se muestra arrepentido y afectado. Además, ruega a todos los que se dediquen a subir archivos que dejen de hacerlo ya que “unas míseras ganancias” no merecen la pena en comparación con el mal trago que pueden vivir.
Su episodio comenzó cuando cinco agentes del Grupo de Investigación Tecnológica (GIT) de la Jefatura Superior de Policía de Castilla y León se presentaron en su domicilio en el centro de Valladolid y procedieron al registro de su casa y de sus equipos informáticos. Las fuerzas del Estado respondían a una denuncia interpuesta por la Entidad de Gestión de Derechos de Productores Audiovisuales (EGEDA), que llevaba un tiempo tras la pista del que, al parecer, era quien conseguía los títulos de estreno españoles de mayor calidad (de imagen y sonido, se entiende). Este y otros logros explican la fama que Triplorita podría haber conseguido en la red y, más concretamente, en las páginas que enlazan a las películas y series alojadas en otros servidores.
Según las imputaciones, el joven sería uno de los que consiguen material y lo suben a estas páginas con servidores de alojamiento, aunque este punto aún tendrá que demostrarse ante el juez. La EGEDA, por su parte, considera la detención como una gran victoria. Es más, según la entidad este sería el primer caso en el que se podría demostrar que el imputado se lucraba con sus actos, uno de los dos requisitos imprescindibles constituyentes de delito. El otro requerimiento es la posesión y distribución de esos archivos.
Triplorita se encargaba presuntamente de subir material cinematográfico de estreno a las páginas que posibilitan el almacenamiento masivo de archivos personales. Estas páginas no permiten en sus condiciones de uso subir material protegido con derechos de autor, pero aún así la práctica está más que extendida, ya que en el tiempo que transcurre entre que el archivo ‘ilegal’ es detectado y borrado, ya hay otros tantos ocupando su lugar.
La Policía asegura que hubo lucro
La clave para comprender el “éxito” del que hace gala la entidad demandante está en el dinero. En concreto, en las cuentas bancarias en las que Triplorita supuestamente recibía los ingresos que estas películas le proporcionaban. Las páginas de almacenamiento premian a sus usuarios al conseguir descargas de sus archivos, pero si esa remuneración económica llega en pago de un material protegido con derechos de autor, la cosa cambia bastante; y la Policía asegura poder demostrar que Triplorita obtuvo ingresos procedentes de descargas de material protegido.
El que hubiera lucro no es algo que el joven se haya apresurado a desmentir. Todo lo contrario. Él mismo reconoce en el foro de la página Descargas-directa.net que obtuvo ingresos. La policía cifra la cantidad en 1.500 dólares. El joven por su parte asegura que no superan los 1.200.
Según explica Triplorita en el mismo foro, “después de estar registrando toda mi casa, me confiscaron los discos duros para su posterior análisis (…) y también me detuvieron a mí y me llevaron a la comisaría de la Policía Nacional donde he pasado tres días interminables”.
En sus narraciones, Triplorita se muestra arrepentido y desconsolado. Además, invita a otros uploaders a desistir de esta práctica. “Por mi parte los tres días que pasé detenido no se los deseo ni al peor de mis enemigos. Ha sido una mezcla de tristeza, depresión, ansiedad, miedo y muchísimas cosas más”. “Yo sólo pido a los uploaders –continúa- que se lo piensen dos veces a la hora de subir archivos a servidores de pago porque de verdad… lo que podéis llegar a pasar por unas míseras ganancias no merece la pena”.
Si el juez que instruye el caso considera probado que I.A.A. poseía y distribuía archivos protegidos bajo derechos de autor con ánimo de lucro, los artículos 270 y 271 del Código Penal dictaminan, en función de la gravedad, de 6 meses a 4 años de cárcel más una posible multa. Hasta ahora ninguna denuncia de este tipo ha conseguido demostrarlo (excepto una en la que el acusado aceptó los cargos y pactó una resolución). De ser así, este joven sería la primera persona particular condenada en España por un delito contra la propiedad intelectual en Internet.
El calvario judicial de Triplorita ha coincidido con la polvareda levantada por las últimas medidas iniciadas por el Ministerio de Cultura en materia de derechos de autor. Representantes de al menos ocho ministerios habrían concluido ayer un documento con una bateria de propuestas para luchar contra la piratería en Internet. El Gobierno tiene intención de aprobar estas medidas en Consejo de Ministros antes de que acabe el año.