A mí me pasa parecido, pero creo que simplemente es, que cuanto más jugamos y cuanto más pasa el tiempo, más selectivos nos volvemos, y acabamos viciados únicamente a aquello que nos resulta innovador o diferente, que cada vez son menos cosas.
Por ejemplo, cuando yo era chaval jugaba a TODO lo que pasaba por mis manos. Cualquier cosa. Con el tiempo fui jugando cada vez a menos títulos. Por ejemplo: Doom III me gustó la primera hora o así, en cuanto dejé de impresionarme por los gráficos: morralla de la gorda. ¿Por qué? Pues porque años antes de Doom III había pasado por otros juegos que no siendo tan técnicamente impactantes, eran mejores en ambientación, desarrollo, argumento, mecánica de juego, etc.
Así que lo normal en mí es pegarme largas temporadas sin tocar un juego. A veces me pilla en estado de gracia, como aquel verano que me lo pasé entero jugando al X3: Reunion, un simulador espacial. Y cuando digo "entero", me refiero a estar sesiones de 12 horas seguidas con mi nave explorando regiones recónditas de sistemas solares perdidos. Incluso pensé en remodelar la habitación para montarme una cabina de pilotaje Sci-Fi como hacen los más fanáticos del Microsoft Flight Simulator.
Ahora, precísamente, me ha dado por el Microsoft Flight Simulator. Quizás tenga algo que ver que me estoy pensando muy seriamente hacerme piloto. La semana que viene me haré con unos controles de vuelo. Aún no se si gastarme el pastizal (140€) en unos controles "serios", o dejarme solo 40€ en un Joystick bueno.
Tambien he estado bastante enganchado al Lost Odyssey de Xbox 360 por la historia, y porque nunca llegué a terminarme ningún Final Fantasy (el X por poco) y la mecánica se parece.
En fin, eso.