"Estoy muy decepcionado con la Guardia Civil, yo amo el cuerpo y no me esperaba que me dieran este trato". Así se siente el tedax José Manuel Rivas a quien el pasado 29 de junio le explotó una bengala del Ejército hallada en una playa del norte de Menorca. Está dolido y tiene rabia, mucha rabia, ya que es consciente de que sus mandos le han dado la espalda y que de momento, tendrá que cargar él solo con el coste del tratamiento de sus lesiones tras la negativa de Defensa a hacerse cargo.
Este trágico accidente en acto de servicio le provocó quemaduras de segundo y tercer grado en varias partes del cuerpo y tras casi 5 meses de baja, el Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS), dependiente del Ministerio de Defensa, se niega a pagarle el tratamiento alegando que tiene un fin estético. Su mujer, María Isabel Rueda, es quien más le está ayudando y defendiendo en estos duros momentos y asegura que su marido actualmente "se encuentra desmoralizado, dolido y hecho polvo, no se esperaba este trato por parte de un cuerpo al que él le ha dado todo".
Pero no son sólo las secuelas físicas las que preocupan a su esposa, ya que como consecuencia de que Defensa no quiera saber nada de sus heridas, José Manuel se ha visto obligado a someterse a tratamiento ya que "está muy nervioso constantemente y no puede dormir, se siente desmoralizado y hundido" por la situación. "Lo que más duele es que fue en acto de servicio y no se hacen cargo" añade su esposa.
A medida que avanza la conversación, María Isabel va soltando todo el dolor que lleva por dentro y pide "no ya que me paguen el tratamiento de mi marido, sino que todo el mundo se entere de cómo funciona esto, él se jugó la vida y ese día volvió a nacer, y ahora se lo pagan así". No obstante, agradece la suerte que tuvo "ya que al estar junto al agua, pudo tirarse y apagar las llamas".
María Isabel y su marido se quejan de que la comandancia de Palma les ha dado la espalda y "se lavan las manos ya que desde Madrid les dijeron que no pagaban el tratamiento porque era estético".
El accidente sorprendió a José Manuel justo un día después de volver de vacaciones, cuando le llamaron para manipular una bengala MK58, material de señalización utilizada por la Armada Española, que había ido a parar a la playa de El Pilar. Mientras lo portaba en sus manos, el artefacto explotó provocándole quemaduras, algunas de ellas muy graves, en la oreja, pierna y brazo derechos, en el cuello y en el torso
Por muy "estético" que sea el tratamiento, ese hombre no tenía esas heridas antes de hacer SU TRABAJO, y si durante el cumplimiento de su deber se hirió, hay que abonarle el tratamiento.
Desde luego, para cenitas oficiales, coches y lujos, no se ponen ningún freno los muy...