Pues pon en orden tus prioridades.
Si lo primero es tu mujer y, si se da el caso, un hijo que venga, tendrás que aguantarte con lo que haya, porque del aire no se come.
Si lo primero es tu bienestar, busca el trabajo de tus sueños, pero no pierdas de vista que mientras lo encuentras puedes perderlo todo: tu casa, tu pareja y las posibilidades de aumentar la familia.
Es tu vida y tú decides.
Otra opción, que no está al alcance de todo el mundo, es que tú te quedes en casa cuidando de tu familia, igual que han hecho muchas amas de casa toda la vida. Pero para ello tu mujer tendría que tener un trabajo seguro con un sueldo que diera para todo, en el que no tuviera problemas en caso de quedarse embarazada, y unas posibilidades laborales tan buenas que si por la causa que fuera dejara el trabajo que tiene actualmente pudiera encontrar otro con facilidad.
Desgraciadamente poca gente tiene esta opción. Si no es tu caso, vas a tener que buscar un empleo. Anímate, seguro que dentro de las posibilidades que tengas encontrarás el que menos te incomode.
Pero yo que tú me daría prisa. Estás decepcionando a tu mujer. Ella espera de ti que seas lo suficientemente maduro como para aceptar tus responsabilidades. Eso es lo que la entristece. Y yo no sé ella, pero yo tengo pareja para ser más feliz, no para amargarme la vida.