Zhul escribió:No, tú eres de las elitistas

Que no te quepa la menor duda.
Zhul escribió:La cuestión es que el material comercial que se descarga tiene un precio de mercado que NO fija el consumidor. El producto final es el resultado de un proceso de creación costoso, que puede no satisfacerte plenamente.
Completamente de acuerdo, hasta la peor película de la historia puede llevarse en el presupuesto cifras astronómicas. Pero ahí está el problema, que ya que se va a invertir mucho dinero en un producto, ¿por qué nadie se preocupa de que ese producto sea
interesante?
No, de lo que se preocupan es de venderlo a toda costa. Para lo cual se necesita una publicidad a gran escala. Pero los consumidores ya no somos tan vulnerables a esa publicidad como antes, porque los que tenemos Internet o videojuegos ya no empleamos nuestro tiempo de ocio delante de la caja tonta tanto como hace una década. O el que tiene tele de pago tampoco se traga las dosis de publicidad que el que ve canales abiertos.
Yo creo que eso es el gran inconveniente de la industria del entretenimiento. Ahora la gente decide más en función de sus gustos, porque como bien dice legolas tenemos acceso a mucha más información, y menos en función de lo que nos dictan desde las grandes campañas de publicidad.
Eso nos lleva a una diversificación. Y eso es un problema. Una compañía de cine antes hacía una superproducción y
todo el mundo iba a verla. Ahora se les va público porque algunos han descubierto las descargas gratis, pero otros han descubierto el cine de autor, otros han descubierto la versión original, otros leen en Internet lo que opina no sólo el crítico del periódico, sino decenas de usuarios anónimos.
Para que una superproducción sea rentable tiene que conseguir mucho público, y eso lo impide esta diversificación de la que hablo.
Y aparte de eso, aunque uno en su casa no se puede montar una sala de cine, la popularidad de las pantallas de plasma o de LCD y los equipos de cine en casa ha hecho que muchos dejemos de ir al cine porque no nos merece la pena, la calidad con la que se disfruta una película hoy en día de forma doméstica puede ser muy alta, y por eso habemos muchos que para movernos del sillón y soportar los inconvenientes de un cine (horarios, gente, precio) necesitamos un estímulo mucho mayor.
Antes elegíamos película por dos líneas escritas en un periódico y por lo que te decía tu amigo que iba al preestreno porque estaba abonado a Canal +.
Ahora elegimos película con mucha mayor información. Mira que ver una película en su versión screener es nauseabundo, pues aun así hay un montón de gente que se la baja para poder ver los 20 primeros minutos: si les gusta, van al cine a verla; si no les gusta, pasan a la siguiente.
Así, no me extraña que la industria persiga tanto los screeners. No es que quiten público porque la gente prefiera verla gratis (yo no soporto un screener ni cinco minutos, seguro que un amante del cine no ve screeners tampoco), es que quitan público porque la gente se da cuenta antes de pagar de lo que va a ver.
Zhul escribió:Yo creo que en cierto modo, el hecho de tener este poder de decisión nos ha convertido en unos elitistas desencantados. Podemos tener cualquier producto susceptible de tener formato digital ya, y gratis. Entonces, ¿qué puede hacer la industria que comercializa ese producto al respecto?
No tengo ni idea. Y creo que ellos tampoco.
Zhul escribió:Tú dices que pagas a gusto por algo que te satisfaga. Pero al mismo tiempo eres (somos) muy susceptible a la insatisfacción, porque desde esa posición tienes mucho poder para ser exigente.
Soy igual de exigente a la hora de comprar un CD que a la hora de comprar la fruta. Tengo un Mercadona al lado de mi casa y hace años que no les compro nada de fruta. Prefiero irme a una frutería en la que pago más pero que me dé un producto de calidad. La diferencia es que el comprador medio de Mercadona no tiene tiempo de comprar en varios sitios y prefiere tragarse la manzana, aunque esté verde, ácida y mala, porque no tiene más remedio.
La diferencia es que un CD no es necesario y la fruta sí. Pero tampoco es necesario un Rolex, y creo que Rolex no tiene los mismos problemas con las copias piratas que la industria musical.
Zhul escribió:Y a menudo esa exigencia se materializa en unas expectativas poco realistas por parte del consumidor.
¿20€ por un CD? ¡Anda ya! Si me lo puedo bajar en 3 minutos...
¿Cuánto vale ese CD? Obviamente, el poder que confiere la capacidad de obtenerlo por la patilla nos permite ser jueces y verdugos del producto. Y la severidad del juicio no tiene ningún límite.
Yo no creo que sea así. Y no lo creo porque veo las tomaduras de pelo en los precios de la música cada vez que voy a una tienda de discos.
Explícame cómo pueden vendernos discos de hace 15, 20 o 30 años a 20 €. Explícamelo, por favor. Son discos más que amortizados, si se reeditan es porque en su día fueron éxitazos de ventas. Como mucho han pasado por un proceso de remasterización y les han hecho un libreto nuevo. Venga ya, hombre, eso es una estafa. Evidentemente tengo que pagar algo, pero no tengo que pagar los nueve meses que se tira un grupo en un estudio para grabarlo, ni la publicidad a gran escala que pudo tener en su día, poniéndolo a todas horas en los 40, por ejemplo.
Pero claro, como son discos buenos, te los vendo a 20 €. Si son nuevos, valen 20 € porque los pobres técnicos tienen que comer. Si son antiguos, valen 20 € porque sí, porque lo valen. ¿En qué quedamos? Y luego vas a una tienda y te encuentras promociones de discos a 6 €, al mes siguiente te vas a otra tienda y los tienen a 15. Los mismos. A mí eso me dice que se manejan unos márgenes de beneficios apabullantes, no me dice otra cosa. Lo que significa que me están robando, no es un precio justo, es un precio para que unos pocos se forren a costa de otros muchos.
Ah, y lo mejor, te compras un disco nuevo por 15 € y al mes sale una nueva edición con DVD de regalo. O la edición europea trae dos canciones menos que la japonesa.
En serio, estoy harta de que me timen. Yo pago, luego yo exijo. Pero la ley me impide devolver este tipo de productos. Puedo devolver hasta un colchón pero no puedo devolver un disco. Pues como no puedo devolver si el producto no me satisface, no compro hasta estar segura de que me va a satisfacer.
Ah, y eso cuando no me pasa lo de la broma del sistema anticopia. Compré un disco (bueno, era una colección de tres) que era una reedición de algo que pululaba por Internet desde hacía años, y resulta que lo sacaron con protección anticopia. No me di cuenta hasta que había abierto el precinto. Lo probé y efectivamente, el reproductor del coche no podía con él.
Lo devolví, afortunadamente no me pusieron problemas en la tienda. Pero les escribí una amable carta a los jefazos de EMI en España para contarles que su sistema anticopia no sólo hacía que devolviera ese producto por considerarlo defectuoso, sino que no iba a comprar jamás ningún disco con sistema anticopia. Por supuesto no me contestaron. ¿Es que eso no son ventas que pierden? Pues lo que pierdan por eso no es porque la gente descargue, es porque maltratan a sus propios compradores, a los que deberían mimar y no fastidiar. Es como si tienes una tienda de barrio que te va mal y te dedicas a escupir a los vecinos que entran a comprar. Ya me dirás si tu negocio mejora.
Zhul escribió:P.D.: Lady, el post no va dirigido a tí concretamente. Lo personalizo puntualmente porque la disertación ha surgido a partir de tu cita.
Me da que nos vamos a quedar solos en la discusión

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Zhul escribió:Piensa qué pasaría si todos los negocios funcionasen así (un restaurante, un supermercado...).
Es que funcionan así. Bueno, no a la hora de obtener el producto pero sí a la hora de devolverlo. No hace mucho compré una jarra Brita, porque en mi casa sale el agua con no muy buen sabor y me la recomendó una amiga. Me fui al centro comercial de rigor, y leí en su caja que podía probarla durante un mes, y devolverla si no me convencía.
Si yo devuelvo esa jarra ese producto va directamente a la basura, no se puede volver a vender. Pero ellos saben que aunque haya un número determinado de devoluciones, la mayoría de la gente se la va a quedar.
De hecho, cuando comprábamos vinilos en lugar de CDs, los discos se podían devolver, al menos en El Corte Inglés. No iban precintados, podías escucharlos y devolverlos. La ley impidió que devolviéramos los productos digitales para impedir su copia, pero impidió también que pudiéramos conocer su contenido antes de comprar.
Eso es un atropello al consumidor que se ha acabado con Internet. La industria ha pasado de tener una posición de fuerza a estar en desventaja. Y eso lo ha traído el formato digital. Ese mismo que nos impusieron, o por lo menos es
lo que cuentan las malas lenguas, para que abandonáramos el vinilo y compráramos CDs a precios mucho más caros a pesar de ser soportes mucho más baratos (recordemos que cuando convivían CDs y vinilos, los vinilos se compraban a 1.000-1.200 pesetas y los CDs rondaban las 2.000 pelas).
Nota: el artículo que he enlazado antes es de obligada lectura para los interesados en el tema. Es bastante conocido y se titula "
¿Por qué compramos CDs?". Cuenta la historia de la desaparición del vinilo y habla de la evolución de los costes de fabricación de los CDs a lo largo del tiempo.