Bautista Soler Crespo: «Decidí ir con Joaquín Rivero en Metrovacesa porque es un iluminado, un fuera de serie»
Posiblemente, es el promotor inmobiliario de Valencia con mayor raigambre en la conciencia colectiva de la ciudad. Genio y figura, representa en sí mismo todos los atributos que se acostumbran adjudicar a estos empresarios. El promotor valenciano Bautista Soler ha hablado con EL BOLETÍN sobre sus más de cincuenta años de trayectoria en la promoción y construcción valenciana. Pero sobre todo, de Metrovacesa, Valencia SAD y su último gran proyecto como promotor, la Patacona, en Alboraya. Soler asegura en la entrevista que quiere acabar su gran obra en la playa de Alboraya y que no la delegará en ninguno de sus hijos. Se muestra pesimista sobre la actual situación de la industria inmobiliaria, que califica de "crisis" y comenta sus relaciones con Joaquín Rivero y Jaime Ortí
EVA PALOMARES
-Después de tantos años dedicado a la promoción inmobiliaria, ¿por qué dio el salto hacia Metrovacesa cuándo iba a jubilarse?
-Metrovacesa compró 32.000 metros cuadrados en La Patacona. Y yo quería ese suelo para mi gran proyecto. Me puse en contacto con un intermediario de Metrovacesa para hacerles una propuesta de compra cuando los italianos les estaban haciendo la OPA. Mi propuesta les podría venir bien para conseguir liquidez y hacer frente a la OPA. Pero una sociedad opada no puede vender activos. Por este motivo, me propusieron que adquiriera el 2% de la empresa, para posteriormente poder adquirir los solares de 32.000 metros cuadrados. Así lo hice.
-¿Cómo entró en contacto con Joaquín Rivero?
-A través de un intermediario que me negoció lo de la venta de los solares. Yo no lo conocía de nada anteriormente. Después de comprar este solar nació una buena relación con Joaquín Rivero y compré algo más de Metrovacesa a precio de mercado.
-Resulta difícil creer que nunca tuviera intención de entrar en esta empresa...
-Pero fue de este modo. Posteriormente, cuando los catalanes, la familia Sanahuja, hicieron una nueva OPA, le di todo mi apoyo a Rivero. Así se lo dije: "Lo mío es tuyo. No estoy de acuerdo con lo que te hacen y tienes mis acciones a tu disposición. Si quieres jugártelo a la ruleta te lo juegas". Y vino a verme. Entonces me preguntó si disponía de capital para hacer una ´contraopa´. Acepté sin mirar más.
-¿Cómo conseguió convencerle Joaquín Rivero?
-No me convenció. Simplemente me pareció injusto lo que hicieron los catalanes. Los Sanahuja habían provocado que la acción se revalorizara un 80% en seis meses. Por eso me ofrecí a Rivero para que dispusiera de mis acciones.
-¿Alguien le ha orientado sobre sus decisiones para estas grandes inversiones?
-No. Siempre las he tomado solo. Decidí ir con Rivero porque es un iluminado, un hombre fuera de serie, de los que hay pocos.
-¿Han cambiado sus relaciones con Bancaja después de que la entidad valenciana vendiera sus acciones a José Manuel Lara?
-Sí. No entiendo por qué lo hizo. Cosa rara. Estaba claro que Lara iba contra nosotros.
-¿Le decepcionó?
-Mucho. Si todo el mundo te dice que no hay que comprar cava ni hacer acuerdos con los catalanes, no entiendo por qué Bancaja vendió sus acciones a Lara en lugar de a una empresa valenciana.
-Pero sus relaciones con Bancaja habían sido muy buenas hasta entonces...
-Sí. La vida es así. No todos son Bautista Soler.
-¿Cómo explica que la entidad valenciana vendiera a final de año?
-Porque a partir del año nuevo subiría la fiscalidad.
-Su hijo Juan en Valencia SAD y su hija Victoria en Metrovacesa... ¿Qué les guarda a sus otros hijos?
-Todos mis hijos tienen su propia empresa. Cuando falleció mi mujer hace 14 años se hizo el reparto de la herencia. Y son independientes unos de otros. No ha habido ninguna premeditación en las designaciones posteriores en el Valencia y Metrovacesa. Juan era el más aficionado al fútbol y por este motivo pensé en él para la presidencia del club. Con él en el Valencia no habría problemas. En el caso de mi hija Victoria me pareció una buena idea que una mujer entrara como consejera en Metrovacesa. Es licenciada en Derecho y está totalmente capacitada. Simplemente fue así.
-¿Y qué se quedó usted en el reparto?
-Sólo me quedé lo que había adquirido como viudo. Todo lo de la Patacona, cerca de 400.000 metros cuadrados.
-¿Desde cuándo está desarrollando este proyecto?
-Desde 1994.
-¿Lo quiere acabar usted?
-Sí, si Dios quiere.
-¿No prevé pasárselo a sus hijos?
-No. Lo quiero acabar yo.
-¿Por qué eligió construir en esta zona que nadie quería?
-Cuando compré, grupos de etnia gitana ocupaban esta zona con sus caravanas. Pero ví más allá. Me ofrecieron el suelo y después de contemplar la zona no me lo pensé dos veces. Los más de 1.200 metros de playa en primera línea me acabaron de convencer. Así que ayudé al Ayuntamiento de Alboraya con una aportación de más de 600.000 euros para que construyera un paseo marítimo.
-Si tuviera que emprender otro proyecto en Valencia, ¿dónde lo haría?
-Como en La Patacona no encontraré más proyectos ni en Valencia ni en España. La calle Arnau de Vilanova tiene a una parte Valencia y a otra Alboraya, y es ciudad y playa en un mismo espacio. La Patacona ya me quita mucho tiempo. Es el proyecto más grande de toda España. La primera actuación fue comprar al BBV las parcelas de las instalaciones de Papelera que estaban en La Patacona. Después tuve que negociar con la gente que vivía allí.
-¿Cómo fueron estas segundas negociaciones?
-Me dirigí al patriarca de las tres caravanas y le ofrecí trabajo para media docena de ellos. Además, pagué 6.000 euros a cada caravana. Al final, cedieron y se marcharon.
-Después de tantas OPA´s y contraopas, ¿no teme que el mercado esté cansado de tantas operaciones sobre Metrovacesa? ¿Qué futuro le espera el valor?
-Sí. El mercado está cansado. Por este motivo las ventas han caído un 70%. Sin embargo, lo que le suceda ahora a Metrovacesa ya no es asunto nuestro. Hemos partido la compañía. Sanahuja se queda la promoción y nosotros nos quedamos la patrimonial francesa, Gesina, que es el 75% del negocio de Metrovacesa. Ahora se ha concretado lo que firmamos el 17 de febrero.
-¿Se han planteado un modelo de negocio para la nueva sociedad?
-Toda la actividad de Gesina estará dirigida al alquiler.
-¿Es cierto que usted y Joaquín Rivero han registrado el nombre de Bami para una nueva sociedad?
-Sí. Del Rivero y yo nos quedamos con suelo de Metrovacesa en España. Y creamos una sociedad, Bamicom, para incluir estos bienes. Es el suelo que mantendremos en España y que será gestionado por esta sociedad.
-¿Dará tantas alegrías Bamicom como la antigua Bami?
-Nadie sabe qué pasará en el futuro, pero Bamicom tendrá un volumen de propiedad de suelo muy importante.
-¿Bamicom formará parte de Gesina?
-No. Será independiente.
-¿Qué opinión le merece la fuerte caída de Astroc?
-No me gusta opinar sobre esta cuestión, pero se veía venir. Cuando uno va a mucha velocidad lo normal es que acabe cayéndose. Las cosas cuestan mucho de hacer y hay que ir paso a paso. No es normal que de la noche a la mañana se suba con esa rapidez.
-¿Cómo valora las últimas salidas de las inmobiliarias a bolsa?
-No quiero opinar.
-¿Van a recuperarse los valores inmobiliarios en bolsa?
-No es fácil porque estamos en plena crisis. Y puede durar cerca de tres años.
-Habla de crisis...
-Sí, una crisis total.
-Entonces, ¿prevé una caída de precios de la vivienda?
-Por supuesto. Caerá cerca de un 30% en los próximos años. No hay que perder de vista que la demanda no está respondiendo.
-¿Cómo propone afrontar esta situación?
-Que venga Dios del cielo y que nos coja confesados.
-Las avenidas de Aragón, Manuel Candela, y las calles Justo y Pastor llevan su sello. ¿Cuáles son sus últimas aportaciones a Valencia?
-Empecé a construir en 1953. Desde ese año prácticamente construí en todas las calles de la ciudad. Los edificios más recientes están en la Pista de Ademuz, justo al lado del campo del nuevo Mestalla. Y lo último es la Patacona, en el pueblo de Alboraya, donde estamos construyendo en una única fase más de 2.000 viviendas.
-¿Cómo ve ahora la ciudad?
-La ciudad ha tenido un crecimiento sensacional, prácticamente imprevisible. Yo destacaría, sin duda, la bocana que han hecho para la Copa del América. Cuando se proyectó era impensable que pudiera ser realidad en tan poco tiempo. Y ahora ya está acabado. No me imaginaba que fuera a superar a la que se construyó en Aukland (Nueva Zelanda) cuando se celebraron allí las competiciones. He visto las dos y la que se ha construído en Valencia, aunque es menos ancha, tiene más sabor.
-¿Qué destacaría o quitaría de la ciudad?
-La veo muy bien como está. Destacaría la Ciudad de Artes y las Ciencias como una de las zonas más atractivas, que además se ha convertido en una nueva imagen de la ciudad. En esta zona construí el edificio Politaria, que se ha convertido en una edificación emblemática. Hasta el Príncipe Felipe se quedó asombrado con este edificio cuando vino a Valencia.
-¿Qué tienen en común sus edificios y construcciones?
-La solidez y el planteamiento interior. Cincuenta años construyendo y promoviendo dan para muchas variaciones. Para mí son como hijos. Cuando paso por delante de ellos observo que todos son diferentes, tienen un sabor especial.
-¿Cuántas viviendas habrá construido a lo largo su vida?
-Más de 20.000.
-¿Y edificios?
-Muchos. No sabría decir. Más de 1.000. Son muchos años construyendo con mucha gente, y llevando cerca de 1.000 hombres en nómina diarios. Haciendo balance, me enorgullece porque he generado riqueza en otras familias.
"Mi hijo Juan pondrá orden en el Valencia"
-¿Por qué tomó posiciones en el Valencia?
-Me convertí en principal accionista casi sin darme cuenta. Acudí en ayuda de Jaime Ortí cuando Francisco Roig fue a lanzar una OPA para hacerse con todas las acciones del Valencia. Y los que estaban en la directiva no podían o no querían invertir, y de no haber actuado estarían prácticamente en la calle. Estaba agradecido con Jaime [Ortí} porque me había dado un muy buen puesto en el palco VIP, aunque lo pagaba yo. Y le devolví el favor. Pasé de nueve a 30.000 acciones y se las cedí todas. Sin embargo, seguía habiendo mucha tirantez entre Francisco Roig y nosotros. Y un consejero me propuso que le comprara a Roig las acciones para que volviera la paz accionarial.
-Pero luego puso a su hijo en la presidencia en lugar de Ortí...
-Jaime me ofreció a mí la presidencia y yo delegué en mi hijo.
-¿Cree que es un buen negocio un club de fútbol?
-No.
-Pero ¿cree que su hijo lo puede convertir en un buen negocio?
-Mi hijo pondrá orden. No ha entrado en el club para ganar dinero, porque no tiene necesidad.
-Pero conseguir poner orden tiene una finalidad económica...
-Por supuesto. Cuando esté bien gestionado y tenga el mejor campo, no cabe duda de que más de 12.000 personas se van a hacer socios. Y esto permitirá una recaudación de más de 3.000 millones de las antiguas pesetas además de retransmisiones.
-¿Lo hubiera hecho como su hijo?
-Igual, porque soy yo quien le ha ido indicando todos los pasos.
Creo que la crisis ya la tenemos encima, no se vende nada, la venta de vehiculos baja en toda españa, tanto de primera mano como de segunda mano, a partir de septiembre veremos subir el paro y eso conllevara peor demanda de todo.