No hace falta.
Windows viene preparado para tales menesteres, pero hay que usarlo bien.
Crea varios perfiles. El tuyo con una contraseña que ellos no conozcan. Cuando alguien de tu familia quiera usar el pc, haz un cambio rápido de usuario (tecla windows + L), y tus programas seguirán funcionando a no ser que entre alguien en tu sesión escribiendo tu contraseña.