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Retroakira escribió:
La cuestión es que no sois capaces de entender la diferencia entre el mongol que empalma las borracheras de viernes a domingo y acaba potando por las esquinas finde sí y finde también con simplemente estar con los colegas, beberte unas cervezas, cubatas o chupitos y pillar algo de puntillo, pero no como objetivo, sino como algo sobrevenido.
Creo que no me habréis entendido así que lo explicaré. Hay gente que bebe porque quiere pillar una tajada monumental, yo por ejemplo, bebo porque me gusta lo que bebo, es decir, sabe bien xD. De regalo puntillo y oye, pues te echas unas risas. Es que nosé como explicarlo. Tienes que beber alguna vez para entenderlo, y algunos sois demasiado perfectos como para caer "taaaaaaan bajo".
capzo escribió:Me he bebido un martini antes de comer y ahora me acabo de beber una cerveza, y????? yo soy el mismo que te ha contestado antes eso. Es que no entiendo lo del "puntillo" lo encuentro hipocrita.
Si eres tu, eres tu bebas o no bebas y si necesitas el "puntillo" es que no tienes una buena vision de ti mismo y te falta autoestima.
Resumido: Bebo cuando tengo sed.
Retroakira escribió:
Vamos a ver si lo entiendes:
Yo salgo con mis colegas, charramos horas y horas, tocamos un ratejo, vamos a conciertos... yo que sé, mil cosas. Unos dias me apetece beber y otros no, unos llego, me tomo mi cervecita de rigor (porque no voy a morirme de sed ni pedir un zumo de pera, simplemente me gusta la cerveza) y charrando toda la noche o jugando unos futbolos, pues otros dias, por la razón que sea me apetecerá beber más y pillaré el puntillo, pero rarísima vez bebo para pillar el puntillo, cuando bebo el puntillo no es el objetivo, sino el aviso para parar, no sé si me explico.
Salut!
capzo escribió:Eres tu el que no lo entiende. No te das cuenta pero estas dentro de una rutina social. Si te gusta eso, pues bien.
Retroakira escribió:
Y daaaaale con que si la abuela fuma.
Dia 1: Voy con los colegas a un garito, me tomo mi cervecita, charramos, jugamos unos futbolos y escuchamos música.
Dia 2: Quedamos en el local de ensayo, tocamos unas canciones, charramos un ratejo y nos vamos pa casa.
Dia 3: Ese dia, por la razón que sea me apetece beber algo más, vamos al garito del dia 1, los mismos colegas, y nos bebemos unos chupitos, jugamos al futbolo y escuchamos música.
Donde ves tú el no entender, el estar dentro de una rutina social o el lo que demonios pienses?
Más triste me parece que muchos no salgan de casa ni para ver la luz del sol, que no sepan lo que es compartir unas cervezas con los colegas en un parque o en vuestro garito favorito. Si queréis sentiros superiores porque "yo no bebo, no necesito esas mierdas para pasarmelo bien" no creo que hacer una kedada para jugar al warcraft sea mucho más sano, y más de uno lo pensará así...
Salut
Uhm.... yo no estoy muy de acuerdo con esto que dices.... puede que ahora te guste, pero más que gusto yo diría que es estar acostumbrado a ello. Si quieres somos realistas y si no quieres no.... Vamos a ser realistas! ¿A quién demonios le gusta el vodka las 10 primeras veces? Joder, al principio eso sabe a mierda, eso no me lo vas a negar.... lo que pasa es que uno sigue bebiendo porque es cool / se siente mayor / lo que sea y acaba acostumbrandose a ese sabor mierdoso hasta que coge la costumbre de pedir eso, pero la mayoría de alcoholes tienen un sabor objetivamente malo asi de primerasRetroakira escribió:
La cuestión es que no sois capaces de entender la diferencia entre el mongol que empalma las borracheras de viernes a domingo y acaba potando por las esquinas finde sí y finde también con simplemente estar con los colegas, beberte unas cervezas, cubatas o chupitos y pillar algo de puntillo, pero no como objetivo, sino como algo sobrevenido.
Creo que no me habréis entendido así que lo explicaré. Hay gente que bebe porque quiere pillar una tajada monumental, yo por ejemplo, bebo porque me gusta lo que bebo, es decir, sabe bien xD. De regalo puntillo y oye, pues te echas unas risas. Es que nosé como explicarlo. Tienes que beber alguna vez para entenderlo, y algunos sois demasiado perfectos como para caer "taaaaaaan bajo".
SICOLOGUS escribió:lo que pasa es que uno sigue bebiendo porque es cool / se siente mayor / lo que sea y acaba acostumbrandose a ese sabor mierdoso hasta que coge la costumbre de pedir eso,
capzo escribió:Segurisimo que me siento superior y soy un megafriki antisocial.Además tiene gracia que nombres el warcraft cuando considero que es uno de los juegos mas sobrevalorados , generalmente por los metaleros que juegan a rol * . Ya te he dicho que hoy he salido y he bebido. Pero para mi no es la rutina de salir=colegas+pimplin
* y que escuchan Blind Guardian![]()
SICOLOGUS escribió:Uhm.... yo no estoy muy de acuerdo con esto que dices.... puede que ahora te guste, pero más que gusto yo diría que es estar acostumbrado a ello. Si quieres somos realistas y si no quieres no.... Vamos a ser realistas! ¿A quién demonios le gusta el vodka las 10 primeras veces? Joder, al principio eso sabe a mierda, eso no me lo vas a negar.... lo que pasa es que uno sigue bebiendo porque es cool / se siente mayor / lo que sea y acaba acostumbrandose a ese sabor mierdoso hasta que coge la costumbre de pedir eso, pero la mayoría de alcoholes tienen un sabor objetivamente malo asi de primeras
Ves? No por su sabor sino por lo que lleva detras. Entonces lo q te gusta no es el alcohol, sino sus efectos, no? Pues ya estamos donde siempreRetroakira escribió:Un coño tampoco sabe a fresa y bien que nos lo papeamos...![]()
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SICOLOGUS escribió:Ves? No por su sabor sino por lo que lleva detras. Entonces lo q te gusta no es el alcohol, sino sus efectos, no? Pues ya estamos donde siempre
Retroakira escribió:Es decir, si tú te tomas un cubata en tu casa, no problemo, si yo me lo tomo un viernes con los colegas, soy un enfermo alcohólico y encima engañao.
(ya sé que no es lo que has dicho, pero es exagerando para que nos entendamos)
capzo escribió: Ya te he dicho que hoy he salido y he bebido.
Donde ves tú el no entender, el estar dentro de una rutina social o el lo que demonios pienses?
Dia 1: Voy con los colegas a un garito, me tomo mi cervecita, charramos, jugamos unos futbolos y escuchamos música.
Dia 2: Quedamos en el local de ensayo, tocamos unas canciones, charramos un ratejo y nos vamos pa casa.
Dia 3: Ese dia, por la razón que sea me apetece beber algo más, vamos al garito del dia 1, los mismos colegas, y nos bebemos unos chupitos, jugamos al futbolo y escuchamos música.
Retroakira escribió:Es decir, si tú te tomas un cubata en tu casa, no problemo, si yo me lo tomo un viernes con los colegas, soy un enfermo alcohólico y encima engañao.
(ya sé que no es lo que has dicho, pero es exagerando para que nos entendamos)
capzo escribió: Ya te he dicho que hoy he salido y he bebido.
Donde ves tú el no entender, el estar dentro de una rutina social o el lo que demonios pienses?
Dia 1: Voy con los colegas a un garito, me tomo mi cervecita, charramos, jugamos unos futbolos y escuchamos música.
Dia 2: Quedamos en el local de ensayo, tocamos unas canciones, charramos un ratejo y nos vamos pa casa.
Dia 3: Ese dia, por la razón que sea me apetece beber algo más, vamos al garito del dia 1, los mismos colegas, y nos bebemos unos chupitos, jugamos al futbolo y escuchamos música.
Kojimasex escribió:No veo la lógica a la discusión de los últimos post, la verdad. ¿Cuál es el problema de salir y beber?. Yo hablo por mi, y si no salgo no bebo, cierto es que salgo por lo menos una vez por semana. Y sí, tengo amigos que salen con nosotros y no beben, mi novia por ejemplo. Ella fuma, y a diferencia mía, ella está enganchada , si ve a alguien fumando ha de fumar, yo no. ¿Para qué bebo? pues no lo se´, porque me gusta, igual que juego a fútbol o voy al gimnasio bebo, porque me gusta. Yo soy de los que como todos probó el vino, la cerveza, y el tabaco de crio y le horrorizó, y no tomo ninguna de esas cosas.
Un día probé el vodka con limón y me gustó, hace ya más de diez años, y sigo bebiéndolo, he estado meses sin probarlo y no ha habido problemas, cuando me quite de salir, me quito de beber.
Lo de beber por hacer cosas que no haría sereno, pues no lo practico, ya que en este siglo me habré puesto borracho 2 ó 3 veces, y han sido de esas de llevarme a casa. Podría estar en el parking de cualquier discoteca tomando zumo hablando con mis amigos, contando las gilipolladas de la semana, en vez de hacrlo con cubatas, sin problemas. Pero es legal, nos gusta y no le hacemos daño a nadie. No tenemos 14 años para hacernos los guays ni desafiar a nada ni a nadie.
Saludos
avestruzo escribió:yo soy una persona que ni bebo ni fumo, y no por eso soy un antisocial que me quedo en casa sin tener amigos.
este puente de mayo me he tirado todos los días de conciertos (3€cada uno), y como duraban hasta muy tarde, pues me tomo mi te a las 10 de la noche y durante el resto del concierto con un litro de nestea (por la teína, he dejado al cafeína, ya quee me sentaba como el culo y estaba enganchado a ella) y me lo he pasado muchísimo mejor que mis amigos, que por ir de desfase por ver a grupos mazo de buenos, han acabado to pedo, no se acuerdan ni nada....eso me parece vergonzoso.
y ucando uqedo con mis colegas a lo mejor un domingo que no hay ná que hacer,siempre van a un chino a pillarse litros, y eso param í es estar enganchado, ya que siempre que salimos tienen que beber alcohol, si no se aburren.
a cada uno les afecta de diferente manera el alcohol, es normal, pero por lo general la gente se suele poner pedo con la misma cantidad de alcohol.
yo no soy antidrogas, simplemente no las tomo, cada cuál que haga con su cuerpo lo que quiera, pero en el tema del alcohol, me parece bochornoso que para salir haya que beber (en el sentido de pillarse el puntillo y tal). Aunque casi siempre pasa, que empiezas por una caña o una cervecita los findes y acabas pimplándote unas cuantas litroncillas, por el simple hecho de que te pica.
en fin, yo no voy a juzgar a nadie porque beba alcohol, mi opiníon es que no le veo sentido al salir y beber, si te sienta como si te tomases una coca cola pues bueno, pero todos sabemos que algo te altera el comportamiento.
Retroakira escribió:
La de tonterías que hay que leer... porque tus amigos sean unos yonkis alcohólicos, todos los que bebemos otra cosa que no sea agua con polvos (nestea) somon también unos yonkos?
Haztelo mirar anda...
PuMa escribió:Pues y prefiero darme a la bebida que estarme todo el puto dia sentado frente a un ordenador.
PuMa escribió:Pues y prefiero darme a la bebida que estarme todo el puto dia sentado frente a un ordenador.
capzo escribió:Pues yo prefiero combinar las dos cosas sin que ninguna suponga una adiccion.
capzo escribió:No se porque echais siempre balones fuera , con frases tipo , "yo no tengo la culpa de beber, todo el mundo lo hace y no es alcoholico" "Prefiero beber" "los que no beben son frikis antisociales". La verdad, parece sentimiento de culpa.. porque defender los gustos personales atacando los de otros...
Elimina el alcohol en estos momentos. Si me contestas que harias exactamente lo mismo en esos lugares y con las mismas personas, perfecto.
No te conozco y puede que tu si lo harias y te sentirias igual sin el alcohol, o puede que me lo digas para quedar bien, pero luego no lo harias.Eso no es mi problema, pero estoy seguro que más del 80% de la gente que sale con los amigos y bebe, aunque no sea hasta potar, simplemente el "puntillo", no haria las mismas cosas, ni iria con la misma gente, si no lo hiciera.
El problema es que si decides que te vas a poner a prueba y no vas a beber cuando salgas, ya veriamos cuales serian los comentarios de tus amigos. Es más, seguro que insisten en invitarte o piensan que ese dia no te encuentras bien.
De ahi el titulo del hilo: alcohol = droga guay, porque la gente no la ve mal.
Por ejemplo: Alguno de los más habituales de tu grupo de amigos (no vale ese amigo al que ves una o dos veces al mes) no bebe NADA de alcohol cuando esta con vosotros y vosotros si lo haceis?
Dr. Ernesto Lammoglia escribió:El alcohólico es un enfermo, y no tiene más alternativa respecto a su padecimiento que la que puede tener un diabético o un paciente con cáncer.
Estamos hablando de una enfermedad para la cual no existe cura conocida, sin embargo, el padecimiento puede detenerse y controlarse.
Condiciona su enorme necesidad de ingestión de bebidas alcohólicas para "anestesiar" su sufrimiento.
Los alcohólicos tienen una personalidad inadecuada (un desorden de personalidad oculto), o sea una personalidad emocional deformada. Esto comprende el sector del temperamento y el carácter que va a dar origen a las emociones, los impulsos amorosos o agresivos, los sentimientos, la tendencia a valorarse a uno mismo, la seguridad, todo el registro de la sexualidad y las necesidades primitivas, como son el beber y el comer, bajo su enfoque de placer y no placer.
El alcohólico puede darse cuenta de que el alcohol "combate" su timidez, y tiene la impresión de que lo estimula y le da otra personalidad. En un estado de ansiedad o depresión el alcohol es, repito, como una anestesia y un relajante, y proporciona una tranquilidad y alegría ficticias; o bien, si se trata de un estado de inseguridad, "le da confianza" o le hace "olvidar". Si su sentimiento es de soledad, de incomprensión o de falta de afecto, en el alcohol encuentra compensación y éste adormece momentáneamente sus frustraciones.
El enfermo alcohólico está desamparado ante las exigencias de la realidad, se siente impotente para enfrentar adecuadamente las complejidades de la vida familiar, conyugal o profesional. Puede, por otra parte, estar dotado de una inteligencia destacada "generalmente por encima del común de las gentes" y ser capaz de lograr éxitos excepcionales en cierto terreno. Así, es fácil y frecuente encontrar el cuadro del fracaso en el hogar y el éxito en la vida laboral o intelectual.
En la personalidad alcohólica, se encuentra siempre un patrón de dependencia con ira reprimida, un sentimiento de ser rechazado por los padres y un intenso deseo de afecto. Existe también un sentimiento de culpa a causa del resentimiento que tienen hacia la vida o hacia los padres, así como un sentimiento de inferioridad a causa de su pasividad y dependencia.
El alcohol hace que el enfermo se sienta potente, cura la autoestima lastimada, y trae consigo el autoengaño infantil de la omnipotencia.
Está centrado en sí mismo y preocupado en grado superlativo en él, su imagen y su prestigio.
Basándose en la observación clínica, se pueden presenciar ciertos rasgos que caracterizan la personalidad alcohólica:
1. Inmadurez emocional. Crecerá en lo físico y en lo intelectual, no pudiendo - por razones obvias - "crecer" en lo emocional, lo que le da un carácter "infantiloide" y lo incapacita para gobernar sus frecuentes cambios emocionales.
2. Tendencia a crear dependencias emocionales. Su responsabilidad es casi nula y la difiere por naturaleza hacia otros, lo que lo hace, posteriormente, justificarse sistemáticamente y "culpar" a los demás de todo lo que le acontece;
3. Egocentrismo . El ego débil del enfermo alcohólico y su enorme necesidad de gratificaciones a corto plazo hacen del alcohólico un ser dispuesto y necesitado de ser el centro o de llamar la atención de todos cuantos le rodean y a costa en lo que sea, bueno o malo, permisible o no, saludable o enfermizo, y que le mejore sus condiciones de vida o que lo lleve a la muerte. El egocentrismo para muchos autores es el centro sintomático de la personalidad alcohólica. En A.A. se sabe que éste es compensado por un falso altruismo, muy al estilo de la "generosidad neurótica" de Karen Horney, que hace que el alcohólico dé algo siempre esperando recibir recompensa o reconocimiento.
4. Incapacidad de amar. Esta verdadera esterilidad afectiva ha de ser correlacionada también con la carencia de neurotransmisores encargados de la regulación de los sentimientos, y explica el porqué, como dice Horney, del dilema entre la incapacidad neurótica de querer y la angustia necesidad de ser querido, y obliga al enfermo emocional a creer en el amor como un sedante o paliativo de su angustia, sobrevalorando su importancia en la vida de relación, y dándole un especial y equivocado lugar en la búsqueda del sentido de su vida. Esta incapacidad la compensa el enfermo, con una creciente habilidad para aparentar que ama y que se manifiesta en muchos casos, muy conocidos algunos, como capacidad para escribir, hacer poesía o componer canciones, que hablen - sólo eso - de lo "mucho que ama".
5. Homosexualidad latente.
6. Labilidad o endebles emocional. La fragilidad o la nula capacidad el enfermo para "gobernar" sus emociones e integrarlas correctamente a sus patrones conductuales de vida es otra característica del alcohólico. No puede regular las emociones que le genera su propia mente. Este síntoma podría ser llamado "debilidad de carácter", que observan muchas madres en niños con la predisposición genética al alcoholismo y que después, al ser víctimas o espectadoras de las explosiones del alcohólico ya en la adultez, llaman paradójicamente a estos aspavientos o respuestas desproporcionadas, "carácter fuerte".
7. Conducta impulsiva. " (actitudes y conductas cambiantes, y a veces impredecibles).
8. Angustia patológica o existencial. La probable carencia de endorfinas hace del alcohólico un ser extraordinariamente vulnerable a sus emociones y, siendo el miedo la emoción natural más intensa y negativa en el ser humano, en el alcohólico esta sensación se encuentra a ultranza, constituyendo una verdadera "sombra" que acompaña al alcohólico en cualquier actividad o circunstancia, por intrascendente que ésta sea. La compensación o respuesta habitual y quizás, hasta "fisiológica", del miedo es la agresión o la hostilidad.
9. Soledad existencial. Del mismo modo como el alcohólico tiene miedo a todo y a nada, se siente sólo siempre. Así esté rodeado de una multitud o acompañado por sus pensamientos.
Hay en él, como en el niño, una necesidad constante de estar en compañía de los seres que dice "querer" (dependencias) exigencias neuróticas de afecto y hasta de "posesión" del tiempo o del interés del supuesto amigo. Esto se inicia desde la su infancia
10. Mitomanía y mundo fantástico. La valía y la importancia que se da el alcohólico producen relatos consecuentes a una "capacidad y valor" en los que la regla es falsear la realidad. Su historial caracteriza, entre otras cosas, por el énfasis que da a su iniciativa personal en aventuras y situaciones difíciles o peligrosas, para las que en todo momento su habilidad, decisión y valor, son un alto mérito. Como cualquier mitomanía, llegan a creer ellos mismos en los cuentos que se han imaginado, combinando la falsificación de la memoria, con la fantasía.
11. Tendencia a la manipulación. Incapacitado para aceptar la realidad de su estado emocional, el alcohólico intenta "manejarla" de la misma manera que su mente lo maneja a él; es decir, a través del auto engaño y la autosuficiencia (que es el peor síntoma de su falta de conciencia de su enfermedad). El enfermo "aprende" a engañar, disimular, a fingir actitudes, a ser un verdadero histrión, para conseguir sus fines primordiales.
Al principio, busca simplemente la satisfacción de sus necesidades emocionales de afecto primarias, ya en la adolescencia, sus crecientes necesidades de sexo.
12. Incapacidad para integrarse a los grupos humanos . La falta de aceptación que el niño con personalidad alcohólica posee, se debe tanto a su manera distorsionada y desproporcionada de concientizar sus defectos de carácter, como a los constantes juicios o criticas de que es víctima, tanto de sus familiares como de sus compañeros de escuela o conocidos.
Se le ha tachado de "raro", de "diferente", de "loco” y esto lo ha tornado en un ser desconfiado de su capacidad para ser aceptado por los demás.
En la pubertad o al inicio de la adolescencia, el alcohólico "invierte" el orden de las relaciones interpersonales, y entonces llega a la conclusión de que él no es el que ésta mal, sino que es un ser “tan especial” que los demás (que son el resto de la humanidad), son un hato de retrasados mentales que ignoran la clase de "genio" que la naturaleza ha creado y que es él (obviamente), y que por lo tanto no son dignos de ser tomados en cuenta por él.
Esto, no otra cosa, lo aísla emocionalmente y en forma fatal del resto del mundo: de sus padres, sus compañeros, su familia y más tarde de la esposa, los hijos y patrones o subordinados.
13. Incapacidad para asimilar las experiencias. Es por esto que después de una "cruda" o síndrome de abstinencia al alcohol, el alcohólico vuelve a beber a pesar de haberse sentido unas horas antes, al borde de la locura o de la muerte.
14. Incapacidad para tolerar la frustración. Primero culpa, tiene resentimientos y luego se siente culpable. Cuanto mayor es la frustración, mayores son los resentimientos y consecuentemente los sentimientos de culpa; tanto así, que éstos últimos lo llevan inexorablemente a la auto conmiseración que no es otra cosa que los resentimientos hacia sí mismo.
15. Incapacidad para tolerar el sufrimiento. , hay una baja producción de endorfinas encefálicas, que precisamente entre sus efectos más destacados, tiene el de ayudar a resistir el sufrimiento físico y emocional. De tal forma, la constitución del alcohólico, le hace imposible modular sus respuestas ante estímulos afectivos (Hangell y Tunuing) y responder con una gran ansiedad ante la presencia de conflictos (Jellinek, 1960), o bien ante todo tipo de disturbios, o simplemente de pensamientos negativos que le genera su mente y que le causan tensión. Todo esto le hace vivir en una constante lucha por resolver la dicotomía entre sufrir y dejar de sufrir, que da origen a los dos rasgos que le siguen y que constituyen la culminación de un síndrome, antes de iniciar la carrera alcohólica o la fuga, a través de alguna droga.
Estos dos síntomas son:
16. Vivir sufriendo y sufrir viviendo. Al respecto Kessel, en su libro Alcohólicos Anónimos, transcribe el historial de una alcohólica que dice así:
"... mi carrera de alcohólica empezó muchos años antes de ponerme a beber. Hasta donde alcanza mi recuerdo, mi personalidad ofrecía un terreno abonado para mi carrera de alcohólica. Vivía enfadada con todo el mundo, iba a contracorriente con la vida, con la gente en general".
Este “vivir sufriendo y sufrir viviendo”, no constituye un juego retórico, sino una descripción concreta de la incapacidad del alcohólico para disfrutar por más que su circunstancia se encuentre muchas veces colmada de satisfactores emocionales o materiales.
17. Tendencia a la evasión, y Desde su más tierna infancia, el alcohólico buscará las más precoces o prematuras formas de evasión el "soñar despierto", fantasías.
18. Beber. Este desasosiego, esta inaceptación y su necesaria compensación, el autoengaño, lo van llevando lenta, pero implacablemente hasta la fuga final, hasta lo único que encuentra como paliativo temporal, como "anestésico" para sus emociones: el alcohol; por ello, inexorablemente el joven con predisposición genética al alcoholismo, con el tipo de personalidad que hemos descrito hasta aquí, tiene que beber.
Es importante que el niño se haga consciente de que tiene una condición especial con la que él nació y que no es culpa de nadie. El sólo hecho de saber que sus rasgos corresponden a una patología genética los alivia muchísimo. Cuando se pasan buscando culpables a todo lo que les pasa, sólo se desgastan por que finalmente eso no soluciona ninguno de los problemas.
Pero si a este ser vulnerable, además se le pasea el alcohol por enfrente en todas las actividades cotidianas, y se le bombardea con la publicidad que tenemos hoy en día, se le está propiciando su propia destrucción. Presionar a un alcohólico a que beba es como presionarlo a que se dé un balazo, y sin embargo, no sólo hay la costumbre de “invitar” una copa, se “presiona” para que otro beba.
Así, tenemos a un enfermo de nacimiento que al llegar a la adolescencia, y muchas veces desde la infancia, se encuentra no sólo con el acceso a alcohol, sino con el mensaje de que “hay que tomar”. Aprende esto mucho antes de recibir la información correcta o sospechar que está enfermo. Ha crecido viendo beber, rodeado de la bebida y siendo invitado constantemente.