A un paso la muerte y el paraíso acaricié.

Iracundo, ahogado, con la vista nublada y los ojos agrietados,
resaltando su mejilla la sangre que transita
envenenada por un pequeño movimiento que
no se ejecuta, y se entretiene
esperando matar a la soledad.

A un paso la muerte y el paraíso acaricié.
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