Por supuesto... Todos hemos tenido la "edad del pavo".
Yo era harto desconfiada, más fiesterilla y tenía peor genio, pero me duró un par de años, los típicos "añitos tontos".
Desde luego, he cambiado mucho. Soy más tranquila, más "pasota", no me preocupo del "qué dirán" y he pasado de "callar por no sembrar polémica" (por ejemplo, aguantar a alguien sólo por las apariencias frente a la familia) a expresar más libremente -aunque siempre con modales- mis opiniones y a defenderlas. Ya no trago por el qué dirán ni por terceras personas a quien no tengo por qué aguantar.
Mi familia es un poco del "qué dirán", así que yo tenía que callar y apechugar, poniendo sonrisita falsorra a la gente... pero ya no. Ahora si se me tercia, ni saludo a esa persona que sé que en realidad no me soporta y se arrima por chafardear o presumir ante los colegas de "primita" o de "coñocimiento".
Soy asquerosamente sincera, pero sin ser bocazas. Y con los cretinos no me corto un pelo.
También era más tímida, y me importaba más la opinión de los demás sobre mí (sobre los demás me refiero a quienes no se molestaban en conocerme y sacaban conjeturas). Bajaba la cabeza más si alguien me vacilaba.