Una dependienta pacta con un ladrón armado para que le robe sólo 100 EUROS
Otra oleada de asaltos atemoriza a comercios y vendedores del mercado
«Impotencia y miedo» . Éste era la sensación que ayer mostraban numerosos comerciantes del Camí Reial de Catarroja, tras sufrir la zona la segunda oleada de robos en menos de un mes. Cinco comercios fueron asaltados el pasado fin de semana, la mayoría con sus responsables dentro, en los que los autores se llevaron dinero o productos y causaron daños en persianas y accesos.
El caso más curioso fue el que afectó a una lencería que el sábado por la tarde, cuando su propietaria estaba sola, recibió la visita de un encapuchado «con una pistola tapada con un trapo de cocina» , que la amenazó con disparar si no le entregaba el dinero de la caja. Al gritar ella y decirle que era una trabajadora que no podía entregarle todo el dinero, el asaltante «muy nervioso» exclamó: «perdone, yo no soy un atracador, necesito 100 euros para pagar el piso» . La dueña de la tienda, comenzó a separar el dinero y cuando tenía en una mano 10 billetes de 10 euros, el atracador los cogió, dejando el resto del dinero.
Esta comerciante, que inicialmente dio parte a la Guardia Civil, finalmente no ha interpuesto denuncia porque «pienso que tampoco era tan malo cuando no quiso llevarse el dinero y puede que fuera una necesidad, aunque me dio un susto de muerte» . También esa misma tarde sufrieron robos varios comercios de ropa. En uno de ellos se colaron cuando sus responsables hacían la recaudación y se llevaron cazadoras y otras prendas. También forzaron la persiana de un bazar «con un palo muy largo» aunque no pudieron culminar la operación «porque fueron sorprendidos por un vecino» , explicaron ayer los dueños.
Además, el viernes anterior el mercado sufrió un asalto, en el que robaron y causaron destrozos a una decena de puestos. Entre los productos sustraídos figuras ocho jamones, dos quesos y veinte botellas de bebidas alcohólicas . Los vendedores lamentaron que el edificio «no tenga ni alarma» .
Vale, es un caso esperpéntico, y no creo que se convierta en la tónica habitual, pero sirva como síntoma de la que se nos viene encima. Con el actual ritmo de subida del Euribor, la explosión de la burbuja es inminente.
