Falkiño escribió:Bueno, es lo que leí, y parecía coherente
Salu2!!
Ja, ja, no te lo tomes a mal, no iba con mala intención. Realmente no tengo ni repajolera idea del tamaño que tendrían los mamíferos en aquellas tierras, pero el caso es que al canibalismo no llegaron por necesidades alimentarias, sino religiosas. De hecho, había múltiples pueblos viviendo en lo que más tarde sería el imperio Azteca, y sólo los Mexicas lo practicaban, lo cual indica que no era ni mucho menos imprescindible en la dieta. El error respecto a los Aztecas es que los españoles de la época lo mezclaron todo y de ahí viene la confusión de creer que Mexicas=Aztecas, cuando en ese saco había de todo y realmente los Mexicas, a pesar de ser el pueblo dominante, no eran ni de lejos los más numerosos en el imperio Azteca.
De lo de las algas no tengo ni idea, no lo he oído nunca, pero tampoco lo descarto. Pasaron épocas auténticamente perras en las que comerían todo lo que pillasen, especialmente al principio, recien emigrados, cuando aún no se habían dado al canibalismo.
wah_wah_69, de lo que comentas, la verdad es que sé muy poco, pero evidentemente las culturas indias son muy numerosas y muy diferentes entre sí, por lo que es muy dificil en un foro establecer unas normas generales de cómo usaban las drogas.
Eso sí, en practicamente todas las culturas indias estaba muy arraigado el consumo de drogas rituales que ponían a quienes las tomaban en contacto con el mundo de los espíritus (en el caso de los Sioux, por ejemplo, con su espíritu-totem, el espíritu de un animal que era como un alter-ego del indio). Según el lugar, las drogas tenían distintos orígenes (hongos, savia de árboles, e incluso glándulas venenosas de serpientes o arañas). Los indios siempre han sido bastante sensibles a las drogas (el alcohol causaba estragos entre ellos) y en sociedades donde éstas eran accesibles a todos, frecuentemente se podían encontrar pueblos enteros de "yonkis" totalmente enganchados a algún tipo de droga. Ya sabes, empiezas un día para hablar con el espíritu de no sé quién y como cada vez estás más agusto charlando con los espíritus, acabas visitándolos a diario.
Eso en sociedades muy igualitarias donde se deja participar a todo el pueblo (como en muchas tribus del Amazonas, por ejemplo). Más al norte, los indios se encontraban más jerarquizados. Las mujeres nunca tenían derecho a nada, mucho menos a visitar el mundo de los espíritus (de hecho, en algunas sociedades una mujer valía menos que un caballo), los niños tampoco. De entre los hombres, en algunos sitios todos eran iguales y con los mismos derechos (incluído el de ponerse ciegos), en otros, solo quienes demostraban merecerlo (guerreros valerosos, cabecillas valiosos,
hombres-medicina y demás) y en otros era algo reservado en exclusiva a los chamanes.
Los había que no recurrían a drogas para flipar, sino que recurrían a intoxicaciones (no recuerdo ahora qué etnia era, pero había unos indios que se encerraban en una choza mientras otros hacían fuego fuera. Cuando estaban medio asfixiados por el humo, entraban en trance y tenían visiones y demás. Ni que decir tiene que era peligrosísimo y no era infrecuente que alguno palmara) o a torturas (si habeis visto la película
Un hombre llamado Caballo, entendereis a qué me refiero. Ahí salía retratada con bastante fidelidad la
Danza del sol que realizaban los indios Mandanes. Duraba cuatro días, durante los cuales los jóvenes que iban a pasar la prueba de virilidad no comían ni bebían, y muchas veces tampoco dormían. El primer día bailaban sin cesar, el segundo tocaban un silbato de hueso de águila para representar al pájaro-trueno, señor de la lluvia, los últimos, se les colgaba de unas agujas que les atravesaban el pecho o la espalda y así permanecían durante dos días. Algunos de ellos se ataban cráneos de bisonte en los pies para aumentar el peso. Ni que decir tiene que tras este castigo brutal - aunque voluntario-, muchos de ellos deliraban como si se hubiesen metido un chute de la mejor nieve).
El consumo de peyote y ese tipo de sustancias estaba más arraigado en México y sur de EEUU, especialmente entre Apaches, Navajos, Yaquis (no confundir con YaNquis

), etc.
En cualquier caso, lo único que tienen en común todos es que utilizaban este tipo de drogas para abrir el camino que les comunicaba con el mundo espiritual.
A veces ese camino solo se abría para el indio una vez en la vida, generalmente en el ritual del paso de la niñez a la etapa adulta, otras, era reservado exclusivamente al brujo, otras, solo en ocasiones excepcionales y para los notables del pueblo, y en otros lados, se ponen ciegos todos los días y a todas horas.
Por otro lado, a nadie se le escapan los usos terapéuticos de las drogas. No debemos olvidar que hablamos de sociedades donde lo sobrenatural era "natural", donde muchas veces la enfermedad no se achacaba a un microbio (que qué sabrían ellos qué era eso), sino a que un espíritu le había echado el aliento o cosas así. Por eso un chamán era a la vez médico y sacerdote y sus remedios eran mitad terrenales mitad místicos. En ese contexto, las drogas eran imprescindibles, ya que podían sanar a la vez que se ahuyentaba al espíritu chungo que había provocado la enfermedad. La droga actuaba tanto en el plano físico como en el espiritual, lo que para los indios era casi la misma cosa.
Además de toda esta chapa, también es más que sabido que incluso hoy día, en amplias zonas de América del Sur, los indios no salen de casa sin llevarse unas cuantas hojas de coca en el zurrón. Ayudan a combatir la presión de las grandes alturas en la montaña y aportan fuerza y energía cuando se han de caminar grandes trechos por la selva. Sin embargo, en este caso se trata más de usarla a modo de "Red Bull" que otra cosa, está desprovisto de ese uso místico que tienen otras drogas, aparte de que el modo de consumirla, mascando la hoja, poco o nada tiene que ver con las rayas que se mete la peña en la discoteca el fin de semana.
Bueno, he escrito mucho y seguro que he aclarado poco, pero es que es imposible detenerse en los cientos de diversos usos que reciben las drogas en cada una de las sociedades indias. Lo más general que se puede decir es que son puertas al mundo espiritual, a través de las cuales el indio se comunica unas veces con su "yo animal", su totem, otras, con los muertos, otras, incluso con dioses, y que ellos asumían que cohabitaban junto a este mundo invisible, que siempre estaba ahí, con ellos, pero donde solo podían entrar mediante el recurso a las drogas. Y que no era infrecuente que muchos acabaran enganchados y otros muchos como putas cabras.