Porque en mi oscura noche triste secas mis lágrimas desconsoladas de las mismas mejillas que ayer besabas con la ternura que emana tu pecho…
Porque en cada uno de tus besos se desata la pasión de mil corazones rendidos susurrando al unísono confesiones prohibidas al oído de mi alma rota…
Porque sostienes en tu regazo el corazón de este niño enamorado de la esencia que desprenden tus caricias…
Porque quiero perder mi vida entera sumergido en tu mirada…
Porque a tu lado el eterno paso de un segundo revive el recuerdo de mil noches de inconfesables promesas susurradas sobre la pasión de dos cuerpos enredados…
Porque escuchar de tus labios aquel “te quiero” prohibido despierta de nuevo el deseo de sentir una vida abandonada en olvido de un corazón marchito…
Por ser la razón de que haya vuelto a vivir, por recuperar en mi el deseo de sentir, por erizar mi alma con cada caricia y transportarme en tus labios a paraísos ocultos de tu ser… por todo eso y por los eternos momentos que espero vivir junto a ti… gracias, mi vida…