Pocos seréis los que no conozcáis a
Asimo, la estrella de todo salón del automóvil que se precie...
Pues resulta que al robot le empiezan a
fallar las piernas...
Sabe mal y todo... en parte porque es alucinante verlo correr, y en parte porque... bueno, cualquier fan de Isaac Asimov sabrá a qué me refiero
Lo que me habría gustado ver es la cara de los 100 japos en la sala al ver que algo mecánico creado por ellos fallaba... me imagino reacciones desde la verguenza -propia y ajena- hasta el histerismo extremo preapocalíptico
En fin... te seguimos queriendo, Asimo!
P.D: No tiene mucho que ver, pero... Jooooooorl!