Del Olmo y Losantos, igual de prepotentes y casi igual de bordes. Luisito ha sido siempre un gilipollas integral, siempre que llamaba algún oyente a su emisora para criticar algo de su programa, aunque fuese con la mayor educación del mundo, se encontraba con un auténtico subnormal que le insultaba y le cortaba la llamada a las primeras de cambio, es el tío más chulo y más presuntuoso del mundillo periodístico, antes le seguía mucho en Onda Cero, porque me reía con sus gilipolleces y viendo cómo atacaba a sus propios oyentes. Creo que en todo el tiempo que lo escuché le oí emplear todos los insultos habidos y por haber en la RAE, sin dejarse ni uno.
Federico es de otro estilo, más de comerse media docena de tripis para desayunar y empezar a írsele la olla por todos los lados, es como asistir en directo a la degradación paulatina de un cerebro afectado de la enfermedad espongiforme esa. Otro impertinente consumado con una facilidad pasmosa para insultar desaforadamente. Eso sí, este no tiene broncas con sus colaboradores, ya se suele encargar de que sean todos unos lameculos que solo saben decir amén a todo cuanto dice.
Dios los cría y ellos se juntan