Pon un anuncio a la puerta de colegios y centros de secundaria. Si tú tuviste que comprar esos libros, muchos tendrán ahora que ser comprados por otros alumnos. No vas a sacar dinero, pero al menos no lo pierdes. Y es fijo que vendes algo porque los padres, si pueden pasar de compar el libro para que el chaval lo destroce y piensan: ¿usado pero en buen estado y me ahorro un pico? Dame, dame.