No podía dejar de correr, de mirar delante de mí, detrás de mí.
No podía dejar de pensar en ti, en que iba a verte y huía de la muerte que corría tras de mi para llegar a alcanzarme.
Abrazado a ti me salvas de morir, salvas mi alma, un alma que inmersa en la oscuridad huye de ella. Un alma que necesita de ti para volver a ser feliz.
Estoy cansada de huir de mi misma, de darme miedo a mí y de que nadie me respete.
Mi alma está muriendo y a ti te da igual.
Gracias por quererme.