Sindrome post-vacacional.

Hoy es lunes.
No es un lunes cualquiera, es el último lunes de agosto.
Aún hace calor, ya que es verano, pero todo tiene ya un aire otoñal. Desde que tengo uso de razón, los años han terminado en septiembre, no en diciembre.

Desde la ventana de mi despacho puedo ver un cartel de la vuelta al cole; un estupido niño pelirrojo me mira desde el panel, con una sonrisa masoquista, pintada en su cara irreal.
Maldito niño pelirrojo, que acepta otro año de esclavitud como un premio.
Esto es guerra psicológica.

Estoy realmente deprimido. Tampoco es que el verano haya sido nada especial... de hecho, no me molesta que termine.

Me molesta venir a trabajar.
Si fuera estrella del rock, me habría tirado desde lo alto de un cocotero, para no tener que venir.
Pero no lo soy. Como mucho podría haber forzado una cagalera, cenando ayer más de la cuenta. Pero para retrasar lo inevitable... es mejor armarse de valor.

Poco a poco van entrando caras dolorosamente conocidas.

Mis compañeros de celda; no es que estén morenos.. es que están todos marrones. Dentro de una semana estarán todos leprosos, y dentro de dos, blancos, como siempre.

Pero por el momento todos se dedican a saludarse unos a otros admirando tonalidades propias y ajenas.

-¡Que precioso melanoma te está saliendo en el cuello!

Tras escupirle esta frase a una compañera que venía a pavonearse de su bronceado a mi mesa, con una mueca maliciosa, me encuentro algo más tranquilo. Cada uno libera tensiones como puede...

El caso es que ha salido de mi despacho algo más blanca. Qué fácil es perder el moreno, con lo chungo que es ligar bronce.

Por fin entra mi jefe, más negro que ninguno. Negro como el mismisimo diablo. Parece un vitorino saliendo a la plaza.
Hasta se le ven los dientes más blancos (juraría que más afilados).

Nada mas entrar enfila directo a mí. Me siento como Manolete afrontando su destino.

-Dago khon!!!! Legholas !!!! Dago khon!!!!

Pero ya es inevitable. La suerte esta echada.

-Hombre Espinosa, esta usted blanco como un calamar. A mi despacho. Este año empezamos fuerte, ya se lo aviso.
-No me toque los cojones. Ya se lo aviso yo a usted.
Aunque no te lo creas, me he reído... me he reído porque creo que muchos nos vemos reflejados en el texto, quien más quien menos se ha sentido así alguna vez, en algún momento... o después de todos los veranos.

Lo único que quisiera comentarte es lo de esta frase:

Pero por el momento todos se dedican saludarse unos a otros admirando tonalidades propias y ajenas.

Debería decir "se dedican a saludarse" o "se de dcian saludos", pero tal como lo has puesto, no está bien construida (o a lo mejor soy yo que, como aún estoy de baja y no tengo que madrugar, me he levantado hace poco).

Me ha parecido un buen texto... sencillo, directo, y muy bien escrito. [oki]

Ciao.
jajaja yo tmb me reio xD [tadoramo]
Toda la razón, me comí una "a" por ahi, gracias! y me alegro de que os guste.
3 respuestas