Antes que nada, sólo decir que sé de antemano que esto que voy a comentar (a pesar de ser una tontería) es susceptible de ser tomado como mentira. Como me es imposible domostrarlo, ahí queda.
El caso es que cuando estaba en el instituto, hubo un curso en el que me tocó el turno de tarde. Aquél día no había mucho que hacer y no tenía la necesidad de levantarme temprano, así que dejé que el despertador descansara por una vez. Aún en la cama, empecé a oir un extraño crepitar de fondo. Era parecido al sonido de una cascada... No le di mayor importancia. Me di la vuelta y seguí remoloneando.
No sé cuánto tiempo pasó, pero fue el suficiente como para despertarme tosiendo, con dificultades para respirar. Cuando encendí la luz, todo era borroso y había olor muy cargante en el ambiente. Me costó unos segundos comprender que aquello era humo. Alarmado, me levanté en busca de fuego. Cuando puse el primer pie en el suelo... ¡me mojé! ¡Todo estaba inundado y había como un centímetro de agua por todo el piso!
Al abrir la puerta de mi habitación, el humo era más denso. Decidí seguir aquél sonido que parecía una cascada. Me condujo a la cocina, y más concretamente a un cuarto donde hay una pileta, una lavadora y... ¡un termo ardiendo totalmente reventado y en llamas! El sonido del agua era el de la manguera que se había roto al caer. Gracias a ese agua, el fuego estuvo contenido y no fue a más. Corrí a por un cubo de agua para apagar lo que quedaba. Cerré la llave del agua y todo lo demás ya fue limpiar y secar... la casa entera.
Al ser eléctrico, seguramente había provocado un cortocircuito que quemó el plastico que lo recubría. Menos mal que saltó la palanca, lo que me salvó de que al poner el pié en el suelo no me hubiera electrocutado...
En fin, aquí la crónica de una situación surrealista en la que me enfrenté yo solito a un incendio
Un saludo