..nada qué ver con el diablo, tranquis.
Hoy hace 62 años, a estas horas, miles de jóvenes británicos, americanos y canadienses trataban de conciliar el sueño ante la misión más exigente de sus vidas. En menos de 3 horas, llenarían los buques que les llevarían hasta las costas francesas, donde montarían en las célebres lanchas de transporte para desembarcar en playas cuyos nombres quedarán guardados en la historia del heroismo humano: Juno, Sword, Utah y sobre todo, Omaha. Los paracaidistas americanos de la 101 Airborne ya estaban siendo lanzados más allá de las líneas enemigas en estos momentos, mientras la aviación llevaba algunas horas bombardeando los nudos de comunicación alemanes en el litoral francés.
Tampoco olvidemos el mismo heroísmo de la mejor generación de alemanes que vieron los siglos, que ante la que se les venía encima, se parapetaban en sus búnkers a lo largo del Muro Atlántico, el excepcional sistema de blindaje de la costa gala dirigido por Erwin Rommel. Sabían que en poco tiempo tendrían que situarse tras sus MG-42 y batir a regimientos enteros de tropas aliadas. A chavales como ellos, incluso muchos seguramente emparentados (no olvidemos que una gran parte de americanos descienden de emigrantes alemanes)
Mi homenaje a todos ellos.