Las mejores cosas de la vida son gratis.

Me resbalé en una pradera de gente disecada, preguntandome tantas veces como es posible que las personas no sé den cuenta que las mejores cosas de la vida son gratis: los pequeños sonidos de la risa, las lágrimas que cayeron por el amor que se sintió, un beso tuyo para mi, el aroma a recuerdos que nunca más volverán.

Tantas veces me dí cuenta de lo idealista que era, entonces conocí la verdad, de que todos corren pero no saben si van a llegar a algún lado, se preocupan más por enviar miles de requisitos en un mundo burocrático, que en poder mirar con ojos de explorador o de aventurero, todo lo que tienen a su paso, el aroma a cipres que se huele muchisimas veces, o las distintas tonalidades del cielo cuando el sol cae por las tardes o sale por las mañanas.

He perdido muchas cosas, perdí un amigo, pero en mi quedarón los recuerdos las esperanzas, el amor, si quisiera remontarme a la infancia perdida que sencillamente ya nunca más volverá, podría ver aquel juguete que me regalarón mis padres en mi cumpleaños, que ahora mismo no existe, pero el gesto no era tanto lo que me habían dado era el amor que en ese momento sentían por mi, por hacerme feliz, por verme sonreir, entonces fue cuando volví a recordar que las mejores cosas de la vida son gratis.

Me costo mucho despedirme de gente que he amado, que no sé donde estará ahora, aquel compañero de escuela, aquel amor de mi vida que solo en sueños veo, todas esas cosas viven en mi y dan miles de vueltas, es como si el mundo fuera parte de lo que tenés dentro de tu alma, esos momentos que te erizarón la piel y te hicierón sentir tantas cosas que podríamos describir como casi inexplicables.

Me fue muy mal muchas veces, porque no tuve la capacidad de elegir o de actuar de la manera más conveniente, y en todo ese martirio o grasos errores, recurrí al pensamiento y de lo malo comprendí que había algo que era todo lo contrario, esa experiencia que me permitió ser quien soy hoy, esas lágrimas que sentí por vos y estremecierón mi corazón, hoy día las siento de vez en cuando, como la herida que se abré, pero si no fuera de esa manera jamás hubiera conocido el amor y sería una persona demasiado fría.

No quisiera saber sobre la panacea del mundo mi idealismo no me corrompe tanto, dichas formas inexactas y turbulentas solo se pueden ver en cuentos de hadas, donde el bueno es bueno y el malo es malo, yo soy más bien como abraxas, vivo con las dos caras de la moneda, siempre abierto a nuevas sensaciones pero sin olvidar quien soy ni de quien vengo, mis raíces latinas, esas que no deseo perder por nada del mundo, más que estos recuerdos.

Más que esta adicción a vivir tengo un pensamiento que me acosa más de una vez y me deja caer, pero es en esos momentos que me apoyo como si fuera un alto rascacielos y recuerdo mis bases que más que sólidificadas, estás llenas de esperanzas, cúal biblicas ideologías siguen los feligreses...


!Oh Vida! que grandes momentos, que bellos destinos, quizás algún día muera sin que nadie me recuerde, pero eso no es lo importante, sino poder comprender desde hoy, que el amor no es más que un sentimiento, no de dos, ni de tres, ni de cuatro, sino un regalo que se da sin esperar nada, sino simplemente porque te ha llenado, y quieres dar lo mejor de vos para los demás, sin ser egolatra o inexpugnable, sencillamente porque deseas hacerle bien a la persona.


Hoy he comprendido lo que reiteradamente he dicho en este texto. Las mejores cosas de la vida, son gratis.

Un Saludo.
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