Asi es como me siento de vez en cuando...y supongo que a muchos nos pasará lo mismo.
La sensación de quedarme solo me inunda en la oscuridad de mi habitación, son rostros que me observan y me persiguen, hacen el viento a mi alrededor y en ellos transportan su mensaje de tristeza y llanto, me impregnan aura de silencio, pintan melancolia en mi mirada y hacen de mi garganta un nudo invisible que solo se puede desacer con la caida de una lágrima, los ángeles están arrodillados ante mi, cada dia soy mejor...cada día me siento peor. Camino a solas en silencio por la calle, y la noche muestra su estilizada forma en el horizonte, cargo con las miradas de incompresión de toda mi vida, y mis pasos soñolientos y tardíos no me hacen avanzar si no simplemente caminar hacia delante irremediablemente, me siento como un esclavo atado de pies y manos impotente ante todo e incapaz de nada, sin fuerzas y sin amo. Mi corazón antes poseedor de la vitalidad de un niño, se ha ido tornando lentamente óxido provocandome con cada latir un dolor intenso, silencioso y profundo. El sueño placentero una huída de la vida mundana ya no existe ahora son imagenes rotas de un dolor intenso por una vida irreparable. Sigo caminando ya no estoy en ningun lado, todo esta oscuro y frio, sentado con las piernas cruzadas espero.....otra vez a esperar. Pensar duele, recordar acaba con mi vida, no existe salida, al menos no de momento.