Buenas.
Ya que ultimamente esta tan de moda el programa que ahora ha trasladado el señor jimenez a la tv desde la radio y la gente no hace mas que comentar sicofonias, fotografias con presencias etc, he abierto este hilo para hablar de esos enigmas que han estado siempre en la historia y son menos conocidos.
Todos hemos oido hablar de Nessie, del yeti, de la sabana santa etc, pero hay otras muchas cosas curiosas de las que se habla menos y tb estan ahi. A mi personalmente me atraen estos temas desde el punto de vista de la curiosidad. No me tengo por un credulo, es más, a los señores Iker jimenez y jj benitez y similares no les tengo gran aprecio pues no son mas que los que tratan de llevar "la verdad" de su parte, ocultando datos etc, pero vamos, que eso no viene al cuento.
Pues eso, de momento abro yo el fuego.
Las enigmaticas esferas de piedra de Costa Rica.
El Delta del Diquís, ubicado en el pacifico Sur de Costa Rica, en la baja Centroamérica, alberga una de las manifestaciones escultóricas y culturales, más sorprendentes y singulares de toda la América prehispánica.
Se trata de las monumentales esferas de piedra descubiertas en la espesa jungla tropical costarricense, donde en otras épocas se desarrollara una particular cultura amerindia que dominó todo el delta y un amplio territorio en torno a él.
El alto grado de perfección de estas singulares esculturas aborígenes y la gloriosa manifestación de su pasado, evocan incógnitas similares a las planteadas por las pirámides mayas y aztecas, las gigantescas cabezas de la isla de Pascua, los ciclópeos muros de Sacsayhuamán, los monumentos olmecas, las reliquias de Anáhuac, o la encumbrada ciudad de Machu Pichu, entre muchos otros tesoros amerindios.
Los ineludibles siglos han borrado el nombre de la notable civilización que las esculpió, pero las edades no pudieron destruir sus esféricos monumentos ni corromper el oro de sus orfebres.
Las primeras esferas de piedra fueron descubiertas en los mencionados territorios en el año de 1939, cuando la “United Fruit Company”, transnacional estadounidense, inició la siembra de miles de hectáreas de plantas de banano.
Enterada de tan sorprendente hallazgo, la antropóloga y humanista estadounidense Doris Zemurray Stone, (1909-1994) llegó a las fincas bananeras en abril de 1940. Bajo el sofocante calor de la estación seca inició sus exploraciones.
La devastación y el saqueo de los sitios de interés científico la decepcionaron en gran manera, sin embargo dedicó muchos meses de estudios intensivos en la zona.
La doctora Stone realizó significativos descubrimientos, pero le fue imposible obtener una datación coherente de los monolitos, ni esclarecer su posible origen, tampoco logró hallar evidencias arqueológicas que justifiquen la perfección de su manufactura. En 1943 publicó sus observaciones.
Los pioneros trabajos de Doris Z. Stone han, sido de gran importancia para los estudiosos que la precedieron.
Ella observó muchos grupos de esferas, colocadas originalmente en amplias zonas abiertas, (plazas públicas) de posible uso ceremonial, y se enteró que estas estuvieron acompañadas por grandes estatuas de piedra, representando figuras de animales y humanas.
Hoy los astrofísicos que estudian en épocas de equinoccio y solsticio los alineamientos de las esferas, lamentan la pérdida absoluta de la posición exacta de estas inmensas efigies, pues al ser relevadas de sus primigenios lugares, se perdió con ello la observación de las sombras y luces reflejadas por el sol, en su trayectoria anual aparente (eclíptica) y su posible utilidad como calendario astronómico.
La doctora Stone fue la primera en percatarse que en toda la zona del Diquís, no existen canteras del material utilizado en la fabricación de las esferas (granodiorita y gabros, variedades del granito). Registró además la forma misteriosa en que los monumentos estaban alineados. Ponderó el peso de las más grandes y no dejó de preguntarse, de qué manera aquellos aborígenes pudieron trasladar desde las lejanas canteras, monolitos superiores a las 16 toneladas.
Las investigaciones de estos pioneros, anunciaron al mundo que las esferas de piedra halladas en Costa Rica, poseen (entre muchas más) cuatro notables características que las distinguen de otras esferas prehispánicas reportadas en el continente Americano:
1) La extraordinaria cantidad producida.
2) Su gran tamaño y perfección esférica.
3) El fino acabado en sus superficies.
4) El hallazgo de conjuntos de esferas formando alineaciones o figuras geométricas.
Luego de la publicación del libro de Samuel Lothrop, un numeroso contingente de científicos he investigadores de todo el mundo, especialistas en diversas ramas, intentan dar respuestas a las principales interrogantes que plantean las esferas del Diquís. ¿Quiénes las hicieron? ¿Cómo fueron realizadas? ¿Qué edad tienen? ¿Con qué propósito fueron hechas? ¿Qué significan?
El monumental trabajo que supuso el labrado, picado, pulido y movilización de grandes y pesadas esferas de granito sólido, nos provoca una profunda admiración y respeto por sus hacedores, quienes tuvieron la inmensa capacidad para realizar tan singular obra, equipados tan solo de herramientas de piedra y materiales vegetales.
Las esferas de piedra del Diquís no son tan solo un importante legado cultural para los costarricenses, constituyen además un precioso patrimonio para toda la humanidad.