Yo no me fiaría de El País ni de ningún periódico ni TV española para saber lo que la Iglesia o el Papa dicen o dejan de decir. Sus conocimientos del tema dan lugar a titulares tan absurdos que ni Arguiñano comentando la Fórmula 1. Pero por no creer, ni lo que va entre comillas y que se supone que es literal es fiable.