Día de visita

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Los guardias uniformados la dejaban pasar con una sonrisa, ella conocía muchos de sus nombres y a cada paso les saludaba uno ya a auno y compartía fugaces bromas.

-Un lunes mas y aquí estas señorita… tendremos que hacerte miembro honoraria, vienes mas que muchos de mis compañeros-dijo socarrona la guardiana ante la férrea puerta- ya sabes las reglas chica, pero hoy me ayudara mi compañero sebastian, es nuevo aqui…- menciono señalando al chico a su espalda

-Claro señorita Sarah- dijo la joven dejando la cesta sobre la mesa y extendiendo las manos en forma de cruz hacia el chico- Buenas tarde Sebastian, un placer conocerle…-

Con rigurosa profesionalidad Sebastian reviso sus ropas y la cesta. Finalmente le puso la cesta en las manos y le abrio diligente la puerta al interior. El hombre estaba sentado, sus manos detenidas sobre la mesa, apenas rozándola, su cuero cabelludo estaba rasurado con esmero y flotaba en el aire el picon aroma del aftershave.

-Buenas tardes Carlo, ¿has pasado una hermosa semana? -dijo cantarina la voz de la joven dejando la cesta sobre la mesa y sentándose frente al hombre con una sonrisa.

Al otro lado del cristal uno de los dos guardias contemplaban la escena con fascinación.

-Nunca lo hubiera dicho… ¿EL tiene familia? -aventuro asombrado Sebastian- debe ser una unión muy fuerte si aun vienen a verle…-

-No son familia ni tampoco una de esas fans de lo macabro, ya sabes que aqui no nos gustan….-aseguró Sarah mirando la escena del interior-

-¿Entonces quien es?… ¿una estudiante de criminoligia preparando su tesis?… no… demasiado joven.. ¿de reinsersión social?, no imposible… pues no se me ocurre nada… -se rindió mirando suplicante a su compañera-

-Sabes perfectamente quien es… - le confirma ella, finalmente se giró hacia el cristal y le hablo sin mirarle- Imaginatela con cinco años menos… vestida con una capa roja y desgarrada, siendo rescatada en manos de un policía de aquel sórdido sótano. Vamos… la fotografía apareció en todos los periódicos del momento…-

-pero… entonces… entonces…. - el cuello de sebastian casi se partió cuando centro su mirada en la pareja en el interior de la habitación, la chica le habia puesto una galleta en las manos esposadas del hombre y este la comía poco a poco ante la satisfacción de ella- es imposible después de le que hizo… la retuvo durante dos años…-

La guardiana alzo los hombres y miro a la joven.

-Ella se empeño en venir, durante años pidio poder visitarle, finalmente el alcaide accedió esperando que se asustara la primera vez… pero ella ha seguido viniendo cada lunes desde entonces, nunca ha faltado-

-Pero… ¿por que se le permite? -jadeo Sebastian-

-¿Porque se lo prohibirías?… mirales ahí y piensa novato…. ¿que puede haber mas cruel para un sádico y violador de su calibre que la víctima con la que tanto se ensañó no le guarde rencor alguno?… ¡e incluso le trae galletas hechas por ella! -la guardiana sonrío- miralé… - susurro sin apartar la mirada del enorme hombre afeitado- EL que tanto miedo da a los demas reclusos e incluso a nosotros… miralé estando con ella… -

Frente a ellos la joven limpio las migajas de pan del rostro del hombre, saco un libro de cuentos y comenzó a leerlo, cuando casi terminaba el cuento sonó la sirena del fin de las visitas. Apuro el cuento, recogió su cesta despediendose del hombre con un beso en la frente y marcho hacia el exterior. Sabiendo los dos que volvería al lunes siguiente…
Necane escribió: parece un síndrome d estocolmo xD


Algo asi, creo que no me quedo muy claro. A ver si la reviso despues [ayay]
Hola a quien lo lea.

Me ha gustad descubrir quien era y después me ha pasado como a Necane y me ha surgido el escepticismo, pero...me ha gustado/sorprendido y eso es muy elogiable.

Quizás si justificas de otra manera además de la existente las visitas de la chica, sea más creíble.

Un saludo.
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