Una pena
José Luis Garci estaba condenado. Su cine no está bendecido por las altas instancias progresistas, como el de Amenábar o Fernando León y su programa de La 2 lo ha pagado.
8 de diciembre de 2005. José Luis Garci tiene una injusta fama de pepero que le ha costado alguna enemistad dentro de la muy progresista Academia de cine, la incomprensión de determinados medios de comunicación... y andar como un bicho raro en la nueva TVE durante un año y medio.
Finalmente, la agonía de Qué grande es el cine ha terminado, pues cadena y director han decidido no prolongar el contrato que acababa a finales de año.
De esta manera desaparece un programa que se había convertido en un clásico durante diez años y que, a pesar de no contar con una gran audiencia, mantenía a cientos de miles de cinéfilos delante de la pequeña pantalla para ver películas que ahora mismo es imposible encontrar en televisión.
¿Tendrá que ver en esta decisión el hecho de que Mariano Rajoy fuera invitado especial en el preestreno de Ninette mientras Zapatero se fotografiaba con el equipo de Mar adentro? Lo único cierto es que pese al intento de colocarle políticamente, a Garci le puso en TVE Jordi García Candau, colocado como director del Ente por el gobierno de Felipe González.