Álex Crivillé, el único piloto español que ha ganado un título (1999) en la máxima categoría del motociclismo mundial, volverá a sentir de lleno su pasión por la velocidad. El piloto catalán probará este fin de semana en el Campeonato de España de rallies de tierra en Cáceres a los mandos de un Mitsubishi Lancer Evo VIII preparado por Calm. Es la vuelta a la competición del motor después de que una misteriosa enfermedad, que ningún médico le ha podido diagnosticar, relacionada con el estrés de la competición, le alejó de las pistas en mayo de 2002.
Desde entonces, había pasado su vida de manera más relajada. Ha tenido dos hijos y se lo ha tomado todo con más clama. Su otra pasión, los caballos, le ha permitido seguir compitiendo, ya que ha participado en algunas carreras. Una actividad que le ha permitido seguir buscando la victoria. Esas añoradas victorias que le convirtieron en un mito del deporte español. Porque, como dijo hace un año: "Lo que echo de menos es ganar. Ir al límite, cerca de los 300 kilómetros por hora, la sensación de entrar primero, corriendo en casa, con los tuyos apoyándote... Eso es lo máximo, no se puede explicar. Pero ahora te das cuenta de que eres un ex piloto y lo paso mal. ¡Muy mal!". Crivillé se siente fuerte mentalmente y necesita retos en su vida. Necesita llenarla del veneno del triunfo. Su mujer, Ana, reconoce que "Alex necesita competir. Tiene que sacar toda esa adrenalina que lleva dentro y está muy ilusionado con correr rallies".
Decidió ser piloto de rallies en una tarde
Alex Crivillé ha sido siempre un enamorado de la velocidad, tanto en motos como coches. Por eso se convenció rápido de que podía volver a disfrutar corriendo en el Campeonato de España de rallies. Hace tres semanas hizo un test junto al piloto de rallies Xevi Pons en unos caminos cercanos a su casa, comarca de la que han salido pilotos de la talla de Nani Roma, el mismo Pons o Raga. Fue sólo una hora pero acabó enganchado.
Esa misma tarde al llegar a casa decidió que comenzaba una nueva etapa en su carrera deportiva. Hizo las gestiones oportunas y se apuntó al Campeonato de España de rallies de tierra. Quiere hacer todas las pruebas y este fin de semana debuta en Cáceres. Ayer realizó su segundo test con el Mitsubishi con el que correrá y acabó encantado. Ésta será su primera experiencia seria al volante de un coche de competición y, aunque asegura tomárselo con calma, su obsesión siempre ha sido ganar, por lo que habrá que estar muy atento a sus evoluciones.