De estos dos sindicatos ya no me extraña nada. ¿Cómo se puede esperar que defiendan a nadie cuando para su existencia dependen de las subvenciones encubiertas que reciben del gobierno a través de los "planes de formación"? Por otro lado, tanto a gobierno como a patronal les interesa unos sindicatos sumisos, obedientes y, sobre todo, dependientes de las subvenciones.
Todos conocemos miles de casos donde, si no se tiene carnet de UGT o CCOO no puedes conseguir un puesto de trabajo. A mi propio hermano le obligaron a afiliarse a UGT para poder entrar a currar en una fábrica (bueno, a él y a unos cuantos cientos más). Y en mi propio centro de trabajo, cuando se realizaron las primeras elecciones sindicales, vino el gran superjefe de la multinacional y dijo delante de toda la plantilla sin cortarse un pelo ni ruborizarse que si se presentaba alguien de ELA o de LAB (sindicatos tercero y cuarto en representatividad en Navarra), más les valía salir elegidos, porque si no iban de cabeza a la calle. Así se las gasta esta gente, forman entre todos un entente donde tejen una red de favores mutuos (yo contrato a tus afiliados, así te aseguras el control del comité de empresa y a cambio no me das mucho la murga y me dejas manga ancha).
UGT-CCOO y empresarios-gobierno son uña y carne, culo y mierda y la pena es que lo tienen todo tan bien montado que parece imposible que ningún otro sindicato (los llamados de confrontación en contraposición a los denominados de consenso (UGT y CCOO) pueda ir minando ese clientelismo que se ha creado.