En un sólo segundo, la eternidad congelada,
el tiempo se detiene, la vida queda atrapada
en el espacio que une tu mirada y mi mirada.
Así, entre los dedos, nuestras almas se resbalan.
Sólo
queda
un segundo
para que tú partas
pero todo queda dicho en una simple mirada.
Te quiero,
no me dejes,
no te vayas.
Pero te vas, y tras de ti queda sólo la nada.