Acción del 2 (azul)

Me encontraba ahí de pié, nerviosa y poco preparada. A pesar de que mi público rondaba los diez años, mi corazón latia como si me encontrara en una jaula delante de críticos feroces y hambrientos.

Como ya dije, tenia la acción poco preparada, incluso al idearla desconocia que era para un público infantil, lo que me obligó a suprimir ciertas cosas poco aptas. (despiste despiste..por qué me entero tan mal de algunas cosas).

Y como suele suceder en estos casos improvisé. Y los nervios se convirtieron en creatividad y mis dudas en ideas. Me olvidé de sus ojos siguiendo cada uno de mis movimientos casi inconscientes, escrutando ellos lo que iba surgiendo fruto de mi libertad.

Tal vez lo realicé demasido rápido, es curioso como nos precipitamos aún desconociendo el final de los acontecimientos. Pero milagrosamente salí del aprieto, como si todo hubiese sido así desde el principio de los tiempos.

Llegaron las preguntas, peligroso si no hubieran surgido. ¿Trabajas haciendo eso? No pude reprimir una sonrisa.

Por eso adoro a los niños, insaciables esponjas que ansian saberlo todo, lástima que los adultos nos sintamos a menudo hinchados y satisfechos de verdades.
No dí ninguna explicación clara sobre lo que realicé, preferí escuchar sus sugerencias y como una ladrona de guante blanco, apoderarme secretamente de sus ideas.

Espero poder evitar esa característica de la mayoria de adultos, que cierra la mitad de sus sentidos, que nos impide imaginar e investigar con libertad.
Nuestra cabeza se convierte con los años, en una máquina de juicios de valor, engrasada con prejuicios y atascada de creencias.

Pero nunca es tarde para detener el mecanismo, para empezar a hacerse preguntas, para jugar con los absurdos, para aprovecharse del silencio. Y que nuestra propia experiencia nos revele la verdadera importáncia de las cosas.

2 de marzo 2005 / 16h57m
Rodalia destino....
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