Amanece tan rápido
en el valle de mi pensamiento,
y todo lo que había construido
volando se lo lleva el viento.
Y mis ojos se congelan
mirando al abismo de la nada,
por donde caen los recuerdos que
quiero borrar de mi mente mancillada.
Que, como un limón en verano,
se va secando poco a poco
y oscurece lentamente;
que, como el pájaro en invierno,
emigra hacia el trópico
dejando atrás la tierra inerte.
Inerte está la tierra
e inerte está mi alma,
mi corazón por rabia muere,
muere porque no encuentra la calma.
Y mi mente desfallece
buscando un por qué a sus enigmas,
y al buscar cada vez tropieza
al no encontrar respuestas dignas.
"Dime por qué es tan difícil
encontrar una vela que alumbre,
por qué es tan difícil del viejo maniquí
arrancar la pudredumbre."