Pensaba, era sólo un pensamiento,
corría, hacia nuestro lecho,
pero el efímero sentimiento
dejaba de ser tan perfecto...
Y el sol no aparecía,
la desesperación me agotaba
siendo tú, solo mi guía,
siendo tú, solo mi alma...
Segué mi única cosecha,
la esparcí por el suelo,
para observarla, mirarla,
para jamás olvidarla....
El roce de las rocas,
evitaba la reconciliación,
me atacaban las olas...
Y el horror...me comía el horror...