Había mil cuadros en aquel museo. Cada uno transmitía diferentes sensaciones enriqueciendo nuestros sentidos de puro arte contemporáneo. Pero el cuadro ciento uno era diferente. Nadie salía indiferente despues de verlo, era una especie de jeroglífico enrevesado con mil interpretaciones varias . O quizás no tuviera ninguna. El caso es que te dejaba pensativo. Como buscando algo. No sé, era un cuadro muy raro pero formaba parte de una de las exposiciones más reconocidas internacionalmente. Toda la gente jugaba con ideas que acababan tomando un rumbo perdido en el sin sentido. Realmente era curioso observar la reacción de cada uno de los asistentes. ¡Ya lo creo!. Y muy divertido tambien.
