"La lampara"
Caminando por una cala solitaria, encontré un objeto dejado por la marea, parecía ser una lámpara de cobre, por lo deteriorada que estaba, debía haber estado por mucho tiempo a la deriva. Frote la lámpara para limpiarla y de ella salio un ser pequeño, “Tienes tres deseos” me dijo la criatura. “Deseo ser rico”, contesté, y al instante estuve lleno de riquezas… pero la gente solo me respetaba por mi dinero y solo buscaban su propio beneficio, perdí todos a mis verdaderos amigos y me ví solo en un mar de personas. Recogí la lámpara y pedí mi segundo deseo “Deseo a la mujer perfecta” y ante mi surgió de la nada las mas perfectas formas que la mente es capaz de imaginar, pero era demasiado perfecta, no lloraba ni se equivocaba, no tenia alma, era tan bella como vacía me enamore de ella pero sufrí largamente al no ver jamás una lagrima en su mejilla. Tras pensarlo largamente recogí la lámpara y pedí mi tercer y último deseo, “Que jamás hubiese encontrado esta lámpara”. Y el deseo se cumplió, volví a estar en la cala, donde antes reposaba la lámpara había ahora una bella caracola, La recogí, la puse en mi oreja y pase la tarde escuchando al mar.
"Una pregunta"
El rey me había encargado la misión de acabar con un monstruo que aterrorizaba a los aldeanos en un bosque lejano. Marche hacia allá con la espada en mano esperando batirme en un glorioso duelo que me deportase gloria y fortuna. Cuando llegue al bosque no encontré ninguna quimera de seis brazos y diez bocas, en su lugar en una pequeña roca descansaba un duende cabezón, que fumaba en pipa. “¿Eres tu el monstruo?” pregunte, “muchos nombres he recibido a lo largo de las eras, ese es uno de ellos, ¿Has venido a aceptar mi desafió?” contesto él, “He venido a acabar contigo pues es el deseo del rey, has atemorizado a los aldeanos” dije, “Las personas temen lo que no comprenden, pero si aceptas mi desafió y ganas me iré de este bosque” “Entonces acepto el desafió. ¿En que consiste?” “Es solo una pregunta, ¿Qué es capaz de crear la mayor de las bellezas y a la vez la mas oscura pesadilla?”. Me senté en la tierra y comencé a pensar en las palabras del duende. Pasaron las horas, los días, los meses, en mi rostro apareció bello y mis brazos se debilitaron, cuando creí que iba abandonar mire en mi interior y halle la respuesta. “El corazón de los hombres” conteste, “Has descubierto la sabiduría, ahora me marchare” Dijo el duende “Espera, quédate para mostrar la sabiduría a los que no han recibido” dije “Cuando alguien quiera encontrar la sabiduría allí estaré, adiós guerrero”. No volví al castillo a cobrar mi recompensa, deje mi espada y mi armadura a un herrero para que hiciese con ellas sartenes y cacerolas marche a un monasterio y me hice sabio.