De pié.
En mi habitación contemplo
a traves del amanecer
y de un niño sin sueños
un papel.
Intenté
hacer un par de bocetos
de sonrisas, y risueño
empapelé
mi habitación
con mis sueños.
No quedan palabras.
No quedan pensamientos.
No quedan murmullos...
No me quedan sueños.