El pasado año la industria discográfica norteamericana
ofreció una "aministía" a los usuarios que confesaran haber descargado música de internet. Esta decisión fue muy polémica porque suponía una confesión y no garantizaba que se pudieran tomar otras medias contra los usuarios en el futuro, razón por la cual fue demandado el programa por fraudulento y engañoso. La RIAA ha decidido ahora
retirar el programa porque
la conciencia pública sobre la ilegalidad de las copias se ha incrementado, y lo más gracioso, han pedido a los tribunales que anulen la demanda interpuesta contra el programa por haber dejado de existir. ¿Los norteamericanos denunciados por descargarse música podrán solicitar también el mismo trato si dejan de hacerlo?