Una prensa de guerrilla
• Como ya pasó en 1931 y en los 90, la derecha se sirve de medios como la COPE , 'El Mundo', 'Abc' y 'La Razón' para atacar a la izquierda en el poder
"Cuando la política de un país se agita, suelen aparecer sobre la tierra, visibles, una cantidad de aventureros superiores a los de época normal. Y, considerando que parece establecido que en este oficio la información es importante, esta clase de personas se suelen acercar a los periodistas pensándose que saben alguna cosa. En general, no saben nada".
Esta constatación, que en 1931 hizo el escritor Josep Pla para Madrid. El advenimiento de la República, enmarca la crispación con que determinada prensa madrileña --el monárquico Abc y, en menor medida, El Sol de José Ortega y Gasset y el católico El Debate en el que colaboraba Eugeni d'Ors-- recibió el cambio de régimen y la propuesta de Estatut de entonces. Pero sirve también para ilustrar, hoy, la demagogia, las mentiras y las medias verdades que desde determinados medios de comunicación crispan la España con Gobierno socialista que acepta a trámite otro Estatut.
Las diatribas de Federico Jiménez Losantos en la COPE y en su diario on line Libertad digital son sólo la punta de lanza de un fenómeno que, más allá de la radio de la Conferencia Episcopal, se retroalimenta en periódicos como El Mundo, Abc y La Razón. Que algunos contribuyan a la crispación no lo determina el legítimo ejercicio de la libertad de expresión, sino estrechos (y no nuevos) lazos entre estrategias editoriales, políticas y económicas.
El sociólogo Enrique Gil Calvo concluye en Repensar la prensa (2002) que la española es "una prensa de guerrilla" porque "nació con la transición" y arrastra defectos congénitos. Más concretas, en su obra Estados y medios de comunicación en la España democrática (2000), las profesoras Isabel Fernández y Fernanda Santana fechan entre 1983 y 1989 el fin del "idilio que vivieron socialistas y prensa durante la transición". Y detallan la constitución de un grupo formado por Abc, El Independiente, El Mundo, Diario 16 y la COPE enfrentado al Gobierno del PSOE y al grupo Prisa (El País, SER y Canal +), pese a que éste "no respaldó la política informativa de Felipe González".
Como explicó el historiador Javier Tusell en El aznarato (2004), el PP ganó en 1996 aúpado mediáticamente por ese grupo que hizo de la beligerancia con los escándalos del PSOE su razón de ser. Y José María Aznar, que llegó a La Moncloa manteniendo "una incomprensión absoluta con el principal grupo de comunicación, Prisa", también perceptible "respecto al Grupo Zeta", trató de hacer baza implicando a la privatizada Telefónica en la guerra de medios.
La manipulación del 11-M
Pese a negar la conspiración para desplazar del poder al PSOE y acabar con el predominio de Prisa que en 1998 denunció el exdirector de Abc Luis María Anson, Tusell no dudó en consignar que "el nivel de confrontación entre los medios de comunicación había sido agudísimo y su prolongación, ya con un Gobierno de la derecha, lo siguió siendo". Hoy, cuando la izquierda gobierna de nuevo y la derecha lo atribuye al impacto mediático del 11-M sin admitir que ella sí manipuló, la crispación sube de tono.
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=5&idioma=CAS&idnoticia_PK=257175&idseccio_PK=8&h=051113
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=5&idioma=CAS&idnoticia_PK=257123&idseccio_PK=5&h=051113