Aprovecho que todos duermen
para quedarme yo solo
acurrucado en el trono
que los soñadores tienen.
Cansado de contar mi historia
al viento que se aleja,
rompí mi cuaderno de notas
y dirijí mi canto a las estrellas.
Ángel sin alas que bajas
al cielo terrestre que dibujan
miles de linternas moribundas,
farolas y luces navideñas.
Orquesta de cuerda solemne
dulce arrastras melancolías
pasos huecos en suelo inerte
que siembran mi alegre melodía.
El cielo multicoloro sobre mí
ya no suspira de tristeza...
Ni pide a las almas viejas
sus copos blancos depositar.
Un coro de niños tararéa
a la puerta de algún hogar
aquellos cantos que resuenan
en mi cabeza al recordar.
Las estrellas brillan a lo lejos...
...a lo lejos...
Y mi pecho arde de emoción...
...os echaré de menos.