El viento peinaba mi alma.
Mi cuerpo se habia convertido en cristal... ese cumulo de sensaciones me habian vuelto fragil por un momento, volviendome de hierro despues.
Mis ojos navegaban en mis lacrimales, fijos en la nada... inmoviles.
Mi instinto me arañaba las paredes del craneo... me debia dar la vuelta.
Y eso hice.
Y una luz blanca me iluminaba. Acompañada de un pitido leve que acariciaba mis timpanos.
Parpadeé.
Desapareció.
Las sirenas comenzaron a sonar de fondo.
Una luz roja comenzo a brillar en mis ojos, un gran estruendo tambaleó mi cabeza, que yo progegí con mis manos.
Me sentí insegura... decidi buscar la luz blanca.
Salí corriendo... la luz roja se iba desvaneciendo conforme mis pasos movian el suelo hacia atrás.
Una sensación de peligro recorria los vellos de mis brazos, erizandolos como la electricidad estatica.
Echaba de menos a Lohan en ese momento.
¿Que coño me pasaba?
El furgon negro carbón se paró enfrente mio, y de el salieron almas perdidas con fusiles de repeticion.
Apuntandome.
- General... no es el... pero emite el mismo potencial... - Voceó un alma en pena.
- ¿que cojones? - Otra de ellas se extrañó. - ¿Una tía?
El miedo desapareció, y en ese momento rompí la realidad.
Todo empezó a brillar.
Me sentía ligera. Ellos muy lentos.
Y, mientras veia como me apuntaban, y como los fusiles vomitaban fuego, la realidad se paró.
La calle era blanca...
Todos estaban quietos, inmoviles, eran estatuas de sal.
Los vomitos de metal rozaban mi pecho, sin llegar a penetrar en el.
- Dios...
Por poco pelecho...
Mire hacia los lados, no pasaba nada, hasta que se me ocurrió mirar a la alcantarilla... Mi alma dejo su cuerpo y corrió a traves de los pasajes subterraneos.
La habitacion blanca...
¡¡He de ir allí!!
Quite la tapa de la alcantarilla. Bajé las escaleras y volví a poner la tapa.
Un mareo recorrio mi frente.
Todo dejo de brillar, yo caí.
Dicen que cuando te encuentras en una situacion entre la vida y la muerte, toda tu vida pasa por delante... Como una pelicula...
Mentira.
Mientras caia, oia como continuaban los disparos, y como se callaban al unisono, y al coronel rogando mi busqueda...
¿De que servía todo lo que habia hecho, si iba a morir estrellada en el fondo de la alcantarilla?
La pregunta se distorsionó por un momento, cuando, mientras caía, veia la silueta de un niño disparandome una mirada a los ojos.
Levantó la mano.
Levité.
- Estaras confusa... ¿Verdad?
Los putos crios siempre tienen la razon.