Sed de Venganza

La tormenta era muy fuerte. Gritos, el sonido de las espadas chocando entre sí y el fuerte golpear de piedras lanzadas por catapultas era lo único que se podía oír. Mezclada con la lluvia, la sangre corría por todos lados. Cientos de cadáveres y toda una ciudad en ruinas era el resultado de la batalla que se estaba llevando a cabo. Todo un ejército acababa de asaltar por sorpresa la ciudad, matando a todos sus habitantes sin piedad.

De entre toda la matanza que se estaba llevando a cabo, un niño consiguió escapar a una zona mas segura de la ciudad, aunque no sin importantes heridas. Llorando de desesperación y temblando de furia y miedo, se apoyó en una pared para recuperar fuerzas.

- Malditos.... hijos de..... ugh.... - Se cayó de rodillas mientras agarraba un corte que tenía en el tórax - .... ¡Nos han traicionado...!

Anduvo como pudo unos metros, pero perdió las fuerzas y se agarró a una columna.

- Ha sido horrible.... ver a padre y madre desangrándose.... con espadas clavadas en su corazón... - Desenvainó un pequeño sable y lo miró con frialdad - Pero esto no quedará así..... yo les vengaré.... juro que lo haré..... y no tendré piedad..... – Su rabia iba en aumento mientras empezaban a caérsele lágrimas de impotencia - Les mataré..... A TODOS.....

Sin embargo, no le dio tiempo a mencionar ni una sola palabra mas, pues el ruido de unos pasos a su espalda le asustaron. Un soldado se acercaba agarrando fuertemente una espada.

- Pequeño bastardo.... - dijo el soldado con una sonrisa - así que pretendías escapar, ¿eh?. Pero sabes que eso no es posible, ¿Por qué no te vienes hasta aquí y te reúnes con todos tus familiares...?

El pequeño lanzó una mirada asesina a su enemigo como respuesta.

- En fin, si no es por las buenas, será por las malas.... - se puso en posición de combate - No eres mas que basura como lo fueron tus padres y todos los habitantes de esta ciudad. ¡Tu destino será el mismo!

Al escuchar esas palabras, el joven cargó contra su oponente con toda su furia. Sus espadas entrechocaron varias veces, pero el chico estaba en desventaja, pues tenía mucha menos habilidad de combate.

- Pretendes vencer a un adulto... no entiendo porqué lo haces en lugar de escapar... de todas formas ambas formas de actuar... ¡SON INÚTILES! - Gritó mientras le daba un puñetazo en la cara al chico.

Éste estuvo a punto de caer malherido, pero consiguió apoyarse en la columna. Cerca de su ojo izquierdo la sangre corría, provocado por el anterior golpe. Con el ojo entrecerrado miró al soldado.

- Fin del combate, niño.... ahora échale una última ojeada al mundo... - Dijo con malicia mientras alzaba la espada - Es la última vez que lo verás, ¡Te lo aseguro!

La espada partió por la mitad al muchacho. Durante unas milésimas de segundo, el chico vio solo sangre, y acto seguido todo fue negro........

Supuestamente ya debería de estar muerto, sin embargo, escucho una voz....



--------------------------------


Esta es la introducción de un fic bélico que empecé a escribir hace tiempo pero que nunca puse aqui. Aun soy un novato escribiendo, pues este aun es mi segundo fic largo. En realidad ya voy por la mitad de la historia, pero la ire posteando aqui desde el principio y pooc a poco, a ver si a alguien le gusta y le engancha. Tambien me gustaria que me fueseis avisando si encontrais errores y tal para mejorarlo ^^

Espero que alguien lo lea, porque lo había puesto en otro foro y NADIE -literalmente- se molesto en leerlo (y intentar corregir fallos sin que nadie te ayude es realmente dificil).

Gracias de antemano a los que lo lean y comenten un poco su critica ^^
En lo que respecta a la ortografía y la gramática, está perfecto, pero el chaval éste que se cargan, ¿no será el protagonista?, porque sino poco dura el relato...
Eso ya se descubrirá mas adelante xD. Esta era solo la intro. El fic realmente sucede despues de eso, y tras unos capis descubriras qué le paso al chaval ese xD Aqui esta tambien el episodio 1:

Capítulo I

Sarah

10 años han pasado ya. Aquella sanguinaria batalla en Arsyll había cumplido dos lustros, por eso una de las ciudades que habían atacado, Byron, hizo una fiesta en honor a la victoria sobre su enemigo.

Una joven muchacha de 17 años llamada Sarah vivía en una humilde casa en el este de la ciudad. Vivía con sus padres y solía verse con su primo y su novio a menudo. Era justa y valiente, y practicaba para ser una buena guerrera el día de mañana y proteger a su familia de cualquier amenaza. Era muy guapa, con una larga melena rubia, de complexión fuerte y con muy buen cuerpo.

Era una mañana muy soleada. Sarah acababa de despertarse y estaba vistiendo la ligera armadura de plata que solía llevar. Sus padres estaban en la cocina desayunando mientras hablaban.

- No puedo creer que celebremos el décimo aniversario de una masacre como aquella - decía la madre de Sarah con cierto tono de compasión hacia las víctimas.
- Vamos, ellos nos robaron todo lo que nosotros habíamos ganado en la Guerra Demoníaca. ¡Han recibido lo que merecían!
- ¡No estamos seguros de que fuese así realmente! ¡Creo que nos esconden algo tus superiores!
- ¡No digas estupideces! - dijo muy enfadado el padre de Sarah - ¡Parece que quieras apoyar al enemigo! ¡Esto es intolerable!
- Antes de la guerra no eras tan frío... Ahora te enfadas muy fácilmente...
- Lo siento.... La guerra me ha endurecido.
- Lo entiendo, pero por favor, intenta controlarte un poco ante tu familia....
- Perdóname, cariño... Tienes que entender que el haber participado en la guerra acaba por endurecer a uno tanto como una roca...

El padre de Sarah cogió la mano de su esposa y la miró con una cara llena de culpabilidad, como si pretendiese pedirle perdón con la mirada.

- ¿Hasta cuando habrá guerras? - dijo ella con tristeza.
- Mientras los humanos existamos siempre habrá guerras.... e incluso sin nosotros las habrá igualmente. Los vampiros, los gólems, los dragones e incluso los demonios y los dioses seguirán luchando eternamente.
- Sinceramente, no entiendo que motivos os pueden llevar a combatir de esta forma. Tantas muertes.... tanto sufrimiento.... ¿para qué?
- A veces yo me pregunto lo mismo... – Quedó pensativo un momento – ¡De todas formas yo siempre lucharé por proteger mi patria, sin importar las razones!

Ella estuvo a punto de comentar que eso era una estupidez, pero prefirió callarse y no empezar una gran discusión con su marido, pues para él la patria lo era todo. En ese momento Sarah bajó de su habitación.

- Aun tengo algo de sueño. ¿Que hora es? - preguntó estirando los brazos.
- Ya es mediodía - respondió su madre.
- ¿Mediodía ya?
- Dormiste como una marmota. Ayer llegaste tardísimo... ¿Qué estuviste haciendo con tu novio hasta tan tarde? - Preguntó su padre esbozando una sonrisa con picardía.

Sarah se sonrojó.

- Fuimos al monte a buscar unas cabras que se le habían escapado a un granjero al anochecer. Cuando las encontramos los lobos las estaban atacando y tuvimos que luchar contra ellos.
- Oh, que romántico... - Dijo con claro sarcasmo.
- De todas formas, noté algo extraño en él. Últimamente está muy raro...
- Bah, seguro que son tonterías que solo ves tu. Típico de las parejitas, jejeje...
- No se...

Tras desayunar se levantó de la silla y se dirigió a la salida.

- ¿Vas a la fiesta? - preguntó su madre
- Sí, voy a ir a la plaza mayor, a ver si están Sarkyll y Freid.
- Bien, no vuelvas tarde.
- Tranquila.

Sarah fue hasta la plaza mayor. Había muchísima gente. Unos bebiendo a lo loco y otros comiendo todo lo que su estómago podía resistir. También había una función de teatro que narraba "la versión oficial" de la batalla en Arsyll. Se acercó y echó una ojeada a la función, sin embargo no le gustaba mucho y se fue. Buscó a sus dos amigos, pero no los dio encontrado. Para entretenerse comenzó a pasear y a mirar lo que los vendedores ambulantes exponían.

- No se cómo pueden estar tan contentos. Se supone que fue una masacre, no gente dándose besitos unos a otros.... - pensaba Sarah.
- No les hagas caso - dijo alguien a su espalda - Sólo son unos pobres borregos conducidos por donde quieren por sus pastores. Les dicen que fue un acto de heroicidad y se lo creen... En fin, es lo que hay... – Suspiró.

Sarah se alegró al ver que se trataba de su novio Sarkyll. Era un joven esbelto, de estatura normal, con el pelo muy negro y muy revuelto. Era muy guapo. Llevaba puesta una túnica corta roja, unos pantalones marrones y llevaba enfundada una espada ancha. Sin embargo, ante todo destacaba por algo muy poco común: tenía unos ojos rojos impresionantemente bellos. Posiblemente fuese eso lo que hizo que Sarah se enamorase de él. También pudo haber sido debido a su gran bondad, la cual últimamente había empezado a perder...

Ambos se abrazaron y se besaron durante un buen rato. Sin embargo, algo les interrumpió: Un hombre pobre de unos 25 años, que aparentaba casi 50 por su cara demacrada, su flaqueza y sus ropas desgastadas tropezó contra ellos al intentar escapar del dueño de una frutería cercana. Con el golpe se cayó al suelo y toda la fruta que portaba se desparramó por el suelo.

- ¡Al ladrón! ¡Al ladrón! - gritaba histérico el dueño de la frutería mientras se acercaba con un grueso palo en la mano.

El pobre intentó recoger toda la fruta que pudo del suelo e intentó volver a echar a correr, pero Sarkyll, al verle, le puso la zancadilla y se volvió a caer, hiriéndose en una pierna.

- ¡¿Pero que haces?! - le gritó Sarah a su novio.
- Lo que ha hecho está muy mal. Que se atenga a las consecuencias.

Su perseguidor lo alcanzó y lo molió a palos en el suelo. El ladrón quedó casi sin sentido, sangraba por la nariz y tenía muchas heridas.

- ¡Ladrón asqueroso...! ¡Debería haberte matado! - Dijo el dueño de la frutería mientras recogía la fruta del suelo. Tan pronto acabó le escupió al pobre y se marchó.

Sarah ayudó al pobre a ponerse en pié.

- ¿Está usted bien? - le preguntó ella con aire de culpabilidad.
- ¡¿A ti que te parece?! - dió un pequeño gemido y miró fríamente a Sarkyll - Dale las gracias a ese bastardo...

Sarah se sentía avergonzada y se sintió en la obligación de ayudar al pobre hombre.

- ¿Quiere que le ayude a ir hasta su casa?
- Hija mía.... ¿Crees que yo tengo casa? - dijo él con tristeza.

Sarah aun se sintió aun peor y por un momento tuvo ganas de pegarle una bofetada a su novio.

- Es igual, déjame ir. Ya me las arreglaré yo sólo... - Y al decir esto, el hombre echó a correr con dificultad y desapareció entre la multitud.

Sarah no pudo hacer nada, pues lo perdió de vista. Enfadada, miró a Sarkyll con furia.

- A veces me pregunto si tienes corazón...
- Bah, no digas estupideces... ¿Qué valor tiene la vida de un desgraciado que no tiene ni para comer?
- ¡¡Pero qué dices!! - Cada vez se enojaba mas.
- ¡¿Por qué quieres proteger a personas así?! ¡Eres una idiota!
- ¡Aun por encima me insultas, desgraciado! ¡Antes no eras así! ¡¡Has cambiado!!
- ¡¿De qué estas hablando?!
- ¡¡Antes eras una buena persona, pero ahora... mírate!! ¡Eres un engreído orgulloso que no tiene corazón!!
- ¡¡Mentira!!

La discusión se fue acalorando y cada vez eran mas violentos uno con el otro.

- ¡¡¡¡¿Por qué ahora en vez de ayudar a los demás y darle cariño a tus seres queridos parece que te vuelves contra ellos y les menosprecias?!!!!!
- ¡¡¡YA NO PUEDO ANDAR CON ESAS ESTUPIDECES!!!
- ¿¿¿ESTUPIDECES???
- ¡¡¡SÍ!!!
- ¡¡¡¡ESTÁS MAL DE LA CABEZA, SARKYLL!!!!
- ¡¡¡Y TÚ ESTAS CIEGA!!! ¡¡¿NO VES QUE ALGO RARO ESTÁ...?!! - Pero antes de terminar la frase recibió un gran puñetazo de ella.
- ¡¡¡¡TE ODIO!!!! ¡¡¡NO QUIERO VERTE MAS!!!
- ¡¡NO!! ¡¡NO TE DEJARÉ MARCHAR!! - Intentó agarrarla por el brazo, pero ella desenvainó la espada y se la puso en el cuello.
- ¡¡¡¿DE VERDAD VAS A INTENTARLO?!!! - Gritó Sarah con todo su odio.

Sarkyll gruñó y no dijo nada mas. Ella envainó su arma y le miró con un aire muy despectivo y frío. Un poco mas calmada siguió hablándole:

- ¡¡¿Pero tú quién te crees que eres?!! ¡¡¡Traidor!!!
- ¡¡¡¿Traidor?!!!
- ¡Has traicionado mis sentimientos y a ti mismo! ¡¡Ahora eres tan malo que casi ni pareces humano!!
- ¡¡Yo no he cambiado!!

Sarkyll seguía defendiéndose. Realmente no parecía consciente del cambio que hubo en él...

- ¡¡Me voy!! ¡Y no me sigas o te acordarás de mí! ¡No quiero verte de nuevo!

Sarkyll quedó un poco confundido, mirando un rato como se alejaba la chica que él quería...

- Por mucho que no quieras velaré por ti y me ocuparé de que no te pase nada, ocurra lo que ocurra... - Pensó él - No entiendo por qué se ha enfadado. Aun así, ya lo arreglaremos en otro momento...

------------------------------------------------------------

Un hombre con capa y capucha marrones se acercaba sigilosamente al castillo de Byron aprovechando que la mayoría de la gente estaba entretenida en la fiesta. Se fue infiltrando poco a poco hacia el interior de la construcción, usando su magia para dormir a los guardias a su paso. De esa forma consiguió llegar a la cámara real sin ser detectado. Entró bruscamente y asustó al rey, que estaba en su trono leyendo un libro.

- ¡Ah! ¡¿Quién eres tú?! - exclamó asustado el rey - ¡Guardiaaaaaas!

Nadie apareció.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué no vienen?
- Los he dormido, su majestad - dijo el encapuchado arrodillándose ante el soberano - Pero tranquilo. Pronto despertarán.
- ¿Qué... qué quieres de mí?
- Tranquilícese. Vengo en son de paz. Mas bien, vengo a avisarle del inminente ataque del ejército de Arsyll, la ciudad que ustedes destruyeron hace 10 años.

El rey lo miró con extrañeza.

- ¿Estás loco? ¡El ejército de Arsyll fue aniquilado junto al resto de su población hace 10 años!
- Eso es lo que ellos querían que vos y el resto de vuestros aliados creyesen... por eso esperaron tanto. Yo ya sabía que iban a hacerlo, pero no sabía cuando. Sin embargo, hace una hora escasa descubrí que precisamente hoy iban a comenzar con el ataque. Sé que es muy repentino y difícil de creer, pero es verdad.
- Pero.... pero..... - Al rey ya casi ni le salían las palabras - No puedo creer eso....
- Es mejor que sí lo haga... el ataque es inminente....
- ¿Y cómo puedo confiar en ti?
- No confíe. Simplemente prepare las tropas y vereis si es mentira o no... o quizás ya es demasiado tarde para eso.

El rey quedó pensativo un minuto, pero no era capaz de tomar una decisión:

- No sé. Me cuesta creer lo que dices...
- ¡Déjaos de tonterías! ¡Preparad rápido vuestro ejército!
- ¡¡Ni se te ocurra darme órdenes!!
- Perdone, majestad - Bajó la cabeza en señal de arrepentimiento.
- ¿¿Y cómo es que tú sabes que van a llegar??
- Ellos no van a llegar - Cortó el encapuchado - Ellos siempre estuvieron aquí.


FIN DEL EPISODIO
Me gusta Yomi, es de lectura fácil, y nada complicado, además tiene un buen ritmo y la historia engancha.


Son claras las referencias a la guerra, la buena conducta y en cierta manera hasta a los derechos humanos, la eterna lucha entre lo que está bien y lo que está mal, anímate y sigue con el relato.
3 respuestas