Eso ya se descubrirá mas adelante xD. Esta era solo la intro. El fic realmente sucede despues de eso, y tras unos capis descubriras qué le paso al chaval ese xD Aqui esta tambien el episodio 1:
Capítulo I
Sarah
10 años han pasado ya. Aquella sanguinaria batalla en Arsyll había cumplido dos lustros, por eso una de las ciudades que habían atacado, Byron, hizo una fiesta en honor a la victoria sobre su enemigo.
Una joven muchacha de 17 años llamada Sarah vivía en una humilde casa en el este de la ciudad. Vivía con sus padres y solía verse con su primo y su novio a menudo. Era justa y valiente, y practicaba para ser una buena guerrera el día de mañana y proteger a su familia de cualquier amenaza. Era muy guapa, con una larga melena rubia, de complexión fuerte y con muy buen cuerpo.
Era una mañana muy soleada. Sarah acababa de despertarse y estaba vistiendo la ligera armadura de plata que solía llevar. Sus padres estaban en la cocina desayunando mientras hablaban.
- No puedo creer que celebremos el décimo aniversario de una masacre como aquella - decía la madre de Sarah con cierto tono de compasión hacia las víctimas.
- Vamos, ellos nos robaron todo lo que nosotros habíamos ganado en la Guerra Demoníaca. ¡Han recibido lo que merecían!
- ¡No estamos seguros de que fuese así realmente! ¡Creo que nos esconden algo tus superiores!
- ¡No digas estupideces! - dijo muy enfadado el padre de Sarah - ¡Parece que quieras apoyar al enemigo! ¡Esto es intolerable!
- Antes de la guerra no eras tan frío... Ahora te enfadas muy fácilmente...
- Lo siento.... La guerra me ha endurecido.
- Lo entiendo, pero por favor, intenta controlarte un poco ante tu familia....
- Perdóname, cariño... Tienes que entender que el haber participado en la guerra acaba por endurecer a uno tanto como una roca...
El padre de Sarah cogió la mano de su esposa y la miró con una cara llena de culpabilidad, como si pretendiese pedirle perdón con la mirada.
- ¿Hasta cuando habrá guerras? - dijo ella con tristeza.
- Mientras los humanos existamos siempre habrá guerras.... e incluso sin nosotros las habrá igualmente. Los vampiros, los gólems, los dragones e incluso los demonios y los dioses seguirán luchando eternamente.
- Sinceramente, no entiendo que motivos os pueden llevar a combatir de esta forma. Tantas muertes.... tanto sufrimiento.... ¿para qué?
- A veces yo me pregunto lo mismo... – Quedó pensativo un momento – ¡De todas formas yo siempre lucharé por proteger mi patria, sin importar las razones!
Ella estuvo a punto de comentar que eso era una estupidez, pero prefirió callarse y no empezar una gran discusión con su marido, pues para él la patria lo era todo. En ese momento Sarah bajó de su habitación.
- Aun tengo algo de sueño. ¿Que hora es? - preguntó estirando los brazos.
- Ya es mediodía - respondió su madre.
- ¿Mediodía ya?
- Dormiste como una marmota. Ayer llegaste tardísimo... ¿Qué estuviste haciendo con tu novio hasta tan tarde? - Preguntó su padre esbozando una sonrisa con picardía.
Sarah se sonrojó.
- Fuimos al monte a buscar unas cabras que se le habían escapado a un granjero al anochecer. Cuando las encontramos los lobos las estaban atacando y tuvimos que luchar contra ellos.
- Oh, que romántico... - Dijo con claro sarcasmo.
- De todas formas, noté algo extraño en él. Últimamente está muy raro...
- Bah, seguro que son tonterías que solo ves tu. Típico de las parejitas, jejeje...
- No se...
Tras desayunar se levantó de la silla y se dirigió a la salida.
- ¿Vas a la fiesta? - preguntó su madre
- Sí, voy a ir a la plaza mayor, a ver si están Sarkyll y Freid.
- Bien, no vuelvas tarde.
- Tranquila.
Sarah fue hasta la plaza mayor. Había muchísima gente. Unos bebiendo a lo loco y otros comiendo todo lo que su estómago podía resistir. También había una función de teatro que narraba "la versión oficial" de la batalla en Arsyll. Se acercó y echó una ojeada a la función, sin embargo no le gustaba mucho y se fue. Buscó a sus dos amigos, pero no los dio encontrado. Para entretenerse comenzó a pasear y a mirar lo que los vendedores ambulantes exponían.
- No se cómo pueden estar tan contentos. Se supone que fue una masacre, no gente dándose besitos unos a otros.... - pensaba Sarah.
- No les hagas caso - dijo alguien a su espalda - Sólo son unos pobres borregos conducidos por donde quieren por sus pastores. Les dicen que fue un acto de heroicidad y se lo creen... En fin, es lo que hay... – Suspiró.
Sarah se alegró al ver que se trataba de su novio Sarkyll. Era un joven esbelto, de estatura normal, con el pelo muy negro y muy revuelto. Era muy guapo. Llevaba puesta una túnica corta roja, unos pantalones marrones y llevaba enfundada una espada ancha. Sin embargo, ante todo destacaba por algo muy poco común: tenía unos ojos rojos impresionantemente bellos. Posiblemente fuese eso lo que hizo que Sarah se enamorase de él. También pudo haber sido debido a su gran bondad, la cual últimamente había empezado a perder...
Ambos se abrazaron y se besaron durante un buen rato. Sin embargo, algo les interrumpió: Un hombre pobre de unos 25 años, que aparentaba casi 50 por su cara demacrada, su flaqueza y sus ropas desgastadas tropezó contra ellos al intentar escapar del dueño de una frutería cercana. Con el golpe se cayó al suelo y toda la fruta que portaba se desparramó por el suelo.
- ¡Al ladrón! ¡Al ladrón! - gritaba histérico el dueño de la frutería mientras se acercaba con un grueso palo en la mano.
El pobre intentó recoger toda la fruta que pudo del suelo e intentó volver a echar a correr, pero Sarkyll, al verle, le puso la zancadilla y se volvió a caer, hiriéndose en una pierna.
- ¡¿Pero que haces?! - le gritó Sarah a su novio.
- Lo que ha hecho está muy mal. Que se atenga a las consecuencias.
Su perseguidor lo alcanzó y lo molió a palos en el suelo. El ladrón quedó casi sin sentido, sangraba por la nariz y tenía muchas heridas.
- ¡Ladrón asqueroso...! ¡Debería haberte matado! - Dijo el dueño de la frutería mientras recogía la fruta del suelo. Tan pronto acabó le escupió al pobre y se marchó.
Sarah ayudó al pobre a ponerse en pié.
- ¿Está usted bien? - le preguntó ella con aire de culpabilidad.
- ¡¿A ti que te parece?! - dió un pequeño gemido y miró fríamente a Sarkyll - Dale las gracias a ese bastardo...
Sarah se sentía avergonzada y se sintió en la obligación de ayudar al pobre hombre.
- ¿Quiere que le ayude a ir hasta su casa?
- Hija mía.... ¿Crees que yo tengo casa? - dijo él con tristeza.
Sarah aun se sintió aun peor y por un momento tuvo ganas de pegarle una bofetada a su novio.
- Es igual, déjame ir. Ya me las arreglaré yo sólo... - Y al decir esto, el hombre echó a correr con dificultad y desapareció entre la multitud.
Sarah no pudo hacer nada, pues lo perdió de vista. Enfadada, miró a Sarkyll con furia.
- A veces me pregunto si tienes corazón...
- Bah, no digas estupideces... ¿Qué valor tiene la vida de un desgraciado que no tiene ni para comer?
- ¡¡Pero qué dices!! - Cada vez se enojaba mas.
- ¡¿Por qué quieres proteger a personas así?! ¡Eres una idiota!
- ¡Aun por encima me insultas, desgraciado! ¡Antes no eras así! ¡¡Has cambiado!!
- ¡¿De qué estas hablando?!
- ¡¡Antes eras una buena persona, pero ahora... mírate!! ¡Eres un engreído orgulloso que no tiene corazón!!
- ¡¡Mentira!!
La discusión se fue acalorando y cada vez eran mas violentos uno con el otro.
- ¡¡¡¡¿Por qué ahora en vez de ayudar a los demás y darle cariño a tus seres queridos parece que te vuelves contra ellos y les menosprecias?!!!!!
- ¡¡¡YA NO PUEDO ANDAR CON ESAS ESTUPIDECES!!!
- ¿¿¿ESTUPIDECES???
- ¡¡¡SÍ!!!
- ¡¡¡¡ESTÁS MAL DE LA CABEZA, SARKYLL!!!!
- ¡¡¡Y TÚ ESTAS CIEGA!!! ¡¡¿NO VES QUE ALGO RARO ESTÁ...?!! - Pero antes de terminar la frase recibió un gran puñetazo de ella.
- ¡¡¡¡TE ODIO!!!! ¡¡¡NO QUIERO VERTE MAS!!!
- ¡¡NO!! ¡¡NO TE DEJARÉ MARCHAR!! - Intentó agarrarla por el brazo, pero ella desenvainó la espada y se la puso en el cuello.
- ¡¡¡¿DE VERDAD VAS A INTENTARLO?!!! - Gritó Sarah con todo su odio.
Sarkyll gruñó y no dijo nada mas. Ella envainó su arma y le miró con un aire muy despectivo y frío. Un poco mas calmada siguió hablándole:
- ¡¡¿Pero tú quién te crees que eres?!! ¡¡¡Traidor!!!
- ¡¡¡¿Traidor?!!!
- ¡Has traicionado mis sentimientos y a ti mismo! ¡¡Ahora eres tan malo que casi ni pareces humano!!
- ¡¡Yo no he cambiado!!
Sarkyll seguía defendiéndose. Realmente no parecía consciente del cambio que hubo en él...
- ¡¡Me voy!! ¡Y no me sigas o te acordarás de mí! ¡No quiero verte de nuevo!
Sarkyll quedó un poco confundido, mirando un rato como se alejaba la chica que él quería...
- Por mucho que no quieras velaré por ti y me ocuparé de que no te pase nada, ocurra lo que ocurra... - Pensó él - No entiendo por qué se ha enfadado. Aun así, ya lo arreglaremos en otro momento...
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Un hombre con capa y capucha marrones se acercaba sigilosamente al castillo de Byron aprovechando que la mayoría de la gente estaba entretenida en la fiesta. Se fue infiltrando poco a poco hacia el interior de la construcción, usando su magia para dormir a los guardias a su paso. De esa forma consiguió llegar a la cámara real sin ser detectado. Entró bruscamente y asustó al rey, que estaba en su trono leyendo un libro.
- ¡Ah! ¡¿Quién eres tú?! - exclamó asustado el rey - ¡Guardiaaaaaas!
Nadie apareció.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué no vienen?
- Los he dormido, su majestad - dijo el encapuchado arrodillándose ante el soberano - Pero tranquilo. Pronto despertarán.
- ¿Qué... qué quieres de mí?
- Tranquilícese. Vengo en son de paz. Mas bien, vengo a avisarle del inminente ataque del ejército de Arsyll, la ciudad que ustedes destruyeron hace 10 años.
El rey lo miró con extrañeza.
- ¿Estás loco? ¡El ejército de Arsyll fue aniquilado junto al resto de su población hace 10 años!
- Eso es lo que ellos querían que vos y el resto de vuestros aliados creyesen... por eso esperaron tanto. Yo ya sabía que iban a hacerlo, pero no sabía cuando. Sin embargo, hace una hora escasa descubrí que precisamente hoy iban a comenzar con el ataque. Sé que es muy repentino y difícil de creer, pero es verdad.
- Pero.... pero..... - Al rey ya casi ni le salían las palabras - No puedo creer eso....
- Es mejor que sí lo haga... el ataque es inminente....
- ¿Y cómo puedo confiar en ti?
- No confíe. Simplemente prepare las tropas y vereis si es mentira o no... o quizás ya es demasiado tarde para eso.
El rey quedó pensativo un minuto, pero no era capaz de tomar una decisión:
- No sé. Me cuesta creer lo que dices...
- ¡Déjaos de tonterías! ¡Preparad rápido vuestro ejército!
- ¡¡Ni se te ocurra darme órdenes!!
- Perdone, majestad - Bajó la cabeza en señal de arrepentimiento.
- ¿¿Y cómo es que tú sabes que van a llegar??
- Ellos no van a llegar - Cortó el encapuchado - Ellos siempre estuvieron aquí.
FIN DEL EPISODIO