McArra escribió:
Yo tengo a mi 8800GTS asfisiadisima con juegos actuales, que nadie cuente milongas, una X1950pro no da ni de cerca para jugar todo a tope.
Perdona que te lo diga así, pero si tienes asfixiado el equipo de tu firma con los juegos actuales...

, es que no tienes muy claro el tema de configuración de un equipo/juego.
¿"Asfixiadísima" significa que te da menos de 60 frames? Espero que sepas que un PC no es una consola, el hardware y software de un PC no se optimizan de la misma forma que el de una consola y jamás irá tan "suelto" un juego de PC como el de una consola. Por cierto, las consolas tampoco van a 60 frames y también tienen ralentizaciones y framedrops (pregúntale al Shadow of the Colossus).
Yo estoy jugando al Stalker con un Barebone Asus T2-AH1, con un micro Athlon 2600, 1 Gb de Ram, un Barracuda de 80 Gb y una ATI 1950GT de 256 Mhz. Te aseguro que juego perfectamente con todas las opciones gráficas al máximo: Osea, que la mayoría de las "barritas" están a la mitad, esa es la configuración máxima de ese juego. Poner todas las opciones gráficas de todos los juegos al máximo y pretender que vayan bien es absurdo.
Invierte un rato en optimizar cada juego y probar diferentes configuraciones: Si juegas a resoluciones altas (más de 1280x1024) no te hará falta poner el AA al máximo, esos píxeles que ves en la imagen son los puntos del monitor, es el tamaño mínimo que llegan a tener. Con la distancia de dibujado al máxima estás obligando a la gráfica a renderizar objetos que ni siquiera estás viendo, redúcela, y cuando creas que "ves" el límite de la distancia de dibujado redúcela algo más: Cuando estás jugando no estás pendiente del horizonte, estás atento a lo que ocurre a tu alrededor... O a lo mejor tu error es ese, que no estás concentrado disfrutando del juego, sino de sus gráficos.
Perdona por el tochazo, voy a dejarlo aquí no sea que me acusen de flamear, pero es que oirte decir que los juegos actuales (presumo que uno de ellos será el Oblivion) no te van con el equipazo de tu firma me ha llegado al alma, de verdad.