Que se lo cambie si quiere, es libre, aunque yo no me cambiaría el mío por nada del mundo. Mi nombre ha sido elegido por mis padres con una buena razón y muy bonita y los apellidos que me aportaron mis padres han mantenido una reputación notable en tiempos pasados. Ellos desde siempre han tenido estos apellidos, yo estoy contento de llevar el primero de cada uno y cuando actúe, allí estaré, con los apellidos de mi familia, dándoles eternas gracias por todo y hacer que se sientan orgullosos de mí y del esfuerzo que se tomaron para cuidarme, educarme y para poner bastantes de los cimientos que forman mi presente y mi futuro.