Una cosilla que he escrito esta semana.
Púrpura está la noche
con su luna morada,
brillando indiferente
desde la altura serena.
Sobre la vieja laguna,
negros y malvas reflejos
lamen cruelmente la tierra,
dejando confusas las flores
que crecen en la ribera.
Confusas de pena y de lágrimas,
bajo la protectora y atenta mirada
del olmo que verdea.
Escondidas entre su larga sombra,
dejan caer blancos suspiros
a la ennegrecida arena,
mientras desde las más alta ramas,
bajo la violácea cristalera,
se lanzan al viento pequeñas hojas
con palabras grabadas.
Vacías de significado caen,
tras su breve vuelo,
y flotan, dejando un negro reguero,
letras arrancadas,
palabras descarnadas, olvidadas.
Púrpura está la noche
con su luna morada,
mientras se deshacen ilusiones
en los reflejos del agua.
Un saludo a todos!